Estados Unidos, Reino Unido y Brasil son los principales destinos de las exportaciones de vinos argentinos. Sin embargo, las ventas hacia esos países vienen retrocediendo a medida que cae el consumo de vinos en el mundo. Por eso, las bodegas argentinas no dejan de moverse para encontrar clientes en mercados poco frecuentados. En esta línea, las empresas pusieron la mira en Corea del Sur, que se proyecta como un “emergente” con alto potencial.
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Las bodegas argentinas salen a la conquista de Corea del Sur
Ese país es el nuevo polo de atracción de los vinos argentinos en la región asiática, donde está desplazando a China como consumidor. En Europa, Polonia despierta interés por su potencial.
“El principal mercado para los vinos argentinos es Estados Unidos, con más de 30% del market share de exportaciones totales. Reino Unido y Brasil se disputan el segundo lugar. México, China, Canadá son mercados que vamos trabajando con acciones específicas porque son muy particulares. El mejor ejemplo es Canadá, que tiene muchas regulaciones estatales que limitan las promociones”, explicó la gerente general de Wines of Argentina (WofA), Magdalenta Pesce, en diálogo con Ámbito.
En esa línea destacó: “Siempre estamos buscando potenciales emergentes para el consumo, y en ese sentido Corea del Sur y Polonia son dos países muy diferentes entre sí, pero ambos tienen altísimo potencial para el futuro”.
Patricia Ortiz, dueña de bodega Tapiz e integrante de WofA, reforzó el diagnóstico que hizo Pesce, sobre todo en lo referido al surgimiento de Corea del Sur como polo de atracción del vino argentino.
“Nuestra producción se concentra en gama media y alta, y se exporta 100 por ciento. Y últimamente Corea pasó a ser un destino de mucho interés. El consumo de vino está creciendo, alentado por un crecimiento económico y consumidores de alto poder adquisitivo. Creo que en 5 años va a ser el principal mercado de Asia para los vinos argentinos”, explicó Ortiz.
Tapiz es pionera, pero hay varias bodegas que están trabajando para ingresar al mercado coreano. Como contrapartida, el interés de China por los vinos argentinos se vino desinflando. Es un mercado chico, que se provee principalmente de Francia o Australia.
Pesce puso en cifras el proceso que están registrando las ventas al exterior: “Estamos lejos del boom de ventas que tuvimos en 2012 con 1.000 millones de dólares vendidos y que luego superamos por poquito en 2021. Pero tanto en 2022 y ahora vamos a cerrar 2023 con un retroceso importante en las exportaciones en todos los mercados, excepto Brasil que crece a dos dígitos este año contra el año pasado”. Y agregó:“Estamos con caídas del 21 por ciento en volumen exportado y de 18% en valor”.
Una dificultad que enfrenta WofA para la promoción externa de vinos es la restricción para realizar pagos de servicios al exterior. “Esta dificultad es un factor de estrés extra en un contexto donde el consumo mundial de vinos cae, mientras tenemos que estar pensando en cómo será el consumidor del futuro y qué vinos le vamos a ofrecer”, señaló Pesce.
WofA (Wines of Argentina) está presidida por Alejandro Vigil, de bodega El Enemigo. Entre sus integrantes también está Alberto Arizu, de Luigi Bosca. La función de la entidad es promover la marca y la imagen país de los vinos argentinos en todo el mundo.
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