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Lorenzetti dijo que los jueces no deben sentirse presionados
Lorenzetti recordó protestas que tuvieron como centro la propia Corte Suprema y advirtió que «algunas han sido críticas y se han dicho cosas duras, pero eso forma parte de la libertad de expresión».
El magistrado se refirió a la detención de Pedraza luego del acto por la inauguración del año judicial, en el Palacio de Tribunales. Las consultas estaban orientadas a la posibilidad de que las manifestaciones callejeras pudieran incidir en las decisiones de los jueces. La semana pasada, el juez federal Norberto Oyarbide liberó a Venegas 36 horas después de haber ordenado su detención, y luego de haber adelantado un día la declaración indagatoria que le había fijado en la causa por la denominada «mafia de los medicamentos».
A la misma hora del acto presidido por Lorenzetti, dirigentes y afiliados a la Unión Ferroviaria se concentraron frente a la puerta de Tribunales para reclamar la liberación del sindicalista, que fue detenido durante la madrugada de ayer junto a su segundo en el gremio, Juan Carlos «Gallego» Fernández.
Durante el acto, Lorenzetti brindó un discurso que hizo eje en la necesidad de dotar de mayor independencia al Poder Judicial, y en el que le reclamó al Gobierno más agilidad en el nombramiento de nuevos magistrados. «No hay Justicia si no hay jueces», agregó. Sobre este punto, destacó la importancia de que los otros poderes del Estado «reconozcan que hay que nombrar más jueces y más rápido», por entender que hay «muchas vacantes».
Y sostuvo también que deberá dotarse a la Justicia de más recursos, así como a los juzgados provinciales de «presupuestos autónomos».
Lorenzetti expuso como problemas graves tanto «la judicialización de la política», con un «excesivo crecimiento de la litigiosidad en todos los ámbitos» y una carencia en «los mecanismos de diálogo», como «la politización de la Justicia», punto sobre el cual reclamó «mejorar la transparencia en la selección y en el nombramiento de los jueces».
Derechos humanos
En presencia de representantes de organismos de derechos humanos, el magistrado se refirió en varias ocasiones a los avances en los juicios por delitos de lesa humanidad. «No es obra de una sola persona», advirtió sobre esos avances.
En ese tramo del discurso, los hijos de un militar condenado a prisión perpetua en Mendoza por crímenes durante la dictadura intentaron interrumpir. Al grito de «no es cierto que se respeta el debido proceso», Aníbal Guevara, homónimo de su padre, buscó sin éxito llamar la atención de Lorenzetti hasta que fue retirado de la sala de audiencias por personal de seguridad. A continuación, su hermana Constanza desplegó una cartulina en la que podía leerse: «Mil presos políticos. 120 muertos. La Justicia debe responder». El presidente de la Corte no interrumpió su alocución.
El acto contó con un salón colmado de invitados. Al igual que el año pasado, se notó la ausencia del ministro de Justicia, Julio Alak, que está en París participando de la cumbre del GAFI (ente mundial antilavado). En cambio, estuvieron presentes el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, junto con varios funcionarios del Ejecutivo de la ciudad, así como representantes de embajadas de varios países.
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