8 de julio 2016 - 01:04

“Los argentinos tenemos una deuda de encuentro con nosotros mismos”

“Los argentinos tenemos una deuda de encuentro con nosotros mismos”
 Estamos celebrando un camino que lleva 200 años de vida, y me parece que es de mucha riqueza y enseñanza. Cuando nace la Independencia no hay que pensar que todo estaba muy claro. Dudaron mucho, había posturas diversas, incluso dentro de la Casa de Tucumán, esa casa que alojó a más de 30 congresales.

Había una semilla de Independencia que venía trabajándose desde la Revolución de Mayo, con hasta algunos que pensaban en una suerte de monarquía incaica, otros una monarquía dependiente del rey Fernando, pero las ideas de Independencia tenían una gran fuerza. Allí, los congresistas apoyados por San Martín, Belgrano, Güemes, nos dieron la independencia como Nación.

Independencia es sinónimo de libertad, autonomía, responsabilidad. Para nosotros, estos 200 años significan haber recibido un legado que nos compromete, que tiene mucho de don para nosotros, pero también se convierte en una tarea a realizar. Por eso no se trata de derechos, sino de obligaciones.

Existieron diferencias, diversidad, pero primó la idea de una unidad que supo asumir todas las diversidades. La auténtica unidad se alimenta de lo diverso. Es bueno que los argentinos sepamos, como legado de estos 200 años de la Independencia, construir una patria fraterna, más unida, que es lo estamos un poco en deuda con nosotros mismos.

Diálogo

Tenemos una deuda de encuentro entre los argentinos para potencializar todo lo que tenemos, y por eso tenemos que saber encontrarnos. Es un tiempo de diálogo, de encuentro, de celebrar. La celebración no es siempre una mirada nostálgica al pasado, no es anclarnos melancólicamente en lo que fue, sino mirar al futuro sobre la base de lo que somos y celebrando la vida.

Aquel que no celebra ya no tiene historia, raíces, ni futuro. Quisiera que, como argentinos, celebremos desde la riqueza de lo que es un camino de la unidad en la Casa de Tucumán mirando hacia el futuro y también la responsabilidad que nos cabe como argentinos en Latinoamérica, en el mundo.

La Independencia no significa aislarnos, sino ser uno para sumar. Esta es una nación que ha crecido mucho en su fe, en su cultura familiar y educación, la cultura del trabajo y, sobre todo, una independencia abierta al mundo.

Yo le pido al Señor poder celebrar este Bicentenario que nos compromete a todos y que seamos todos como un signo de esperanza para nosotros, pero también para el mundo.

* Presidente Conferencia Episcopal Argentina

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