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Los intendentes, piezas en el juego electoral
Las elecciones de medio término marcarán el pulso político del año próximo. Cambiemos buscará consolidar la alianza electoral. El peronismo por su parte apuesta a que surja un liderazgo que lo lleve a recuperar la Casa Rosada en 2019.
"Creemos que el año próximo la provincia de Buenos Aires va a estallar de obras, en cada municipio se van a ver obras que empiezan y terminan", cuenta entusiasta un alto funcionario nacional con relación cotidiana con los intendentes. "La relación con los intendentes no tiene por qué modificarse. Nosotros somos un gobierno que no hace un reparto discrecional de los fondos, el que entienda que la gestión se hace entre todos y deje lo partidario de lado, tendrá nuestro apoyo; aunque sabemos que al ser un año electoral habrá quienes privilegien lo partidario", anticipa el mismo funcionario.
Si bien en desde Cambiemos enarbolan las pancarta de las distribución equitativa de los fondos destinados a los municipios, un intendente peronista afirma que el Gobierno nacional y provincial tienen un esquema de reparto discrecional. "En nuestro municipio no hubo guita de Nación", se queja el jefe comunal de uno de los distritos más populosos del conurbano. En cambio, un intendente radical, integrante de Cambiemos, afirma que "nosotros marcamos una diferencia con el kirchnerismo porque el reparto de fondos no tiene en cuenta el color político, acá no se castiga a nadie con la billetera". Y agrega que "el año que viene van a continuar las obras y los intendentes van a poder dar respuesta a viejas necesidades de los vecinos".
Hay que recordar que este año en la provincia de Buenos Aires los $7 mil millones del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) que se repartieron teniendo en cuenta el coeficiente único de distribución (CUD), se tradujeron en más de 800 obras en los distintos municipios bonaerenses.
En cuanto al juego electoral y el impacto en la gestión, un intendente de Cambiemos analiza: "Es lamentable que tengamos que votar cada dos años y vivir del año electoral en donde hay distintos posicionamientos políticos y legislativos. Tenemos que estar 100 por ciento en la gestión y cuando estás en un año electoral no estás al 100 por ciento en la gestión".
Centro
Sin dudas la principal atención de las elecciones de medio término estará puesta en la provincia de Buenos Aires, en donde con tres bancas del Senado en juego, Cambiemos buscará consolidar su posición a partir del aura que irradia María Eugenia Vidal, y el peronismo procurará que emerja un líder para reunir la diáspora partidaria.
Base territorial de las tácticas y estrategias electorales, los intendentes juegan también sus fichas. En la alianza electoral gobernante, san varios los jefes comunales radicales que en diálogo con Municipios sostienen que "Cambiemos se consolidó como gobierno y el año que viene tenemos que seguir en la misma línea, fortaleciendo el acuerdo para seguir adelante".
Por supuesto que Mauricio Macri y Vidal, junto con sus "equipos" ya analizan y proyectan escenarios de cara a las legislativas. Como las listas serán encabezadas por la categoría de senadores, el PRO piensa en diversos nombres, algunos conocidos de la política y otros reconocidos outsiders. La lista es variopinta: la díscola Elisa Carrió, el neurólogo de extracción radical Facundo Manes, la diputada nacional del PRO, Gladys González y Jorge Macri quien mantiene sus esperanzas de recibir la unción presidencial del primo Mauricio. Estos son algunos de los nombres que se barajan, aunque todavía es apresurado buscar que decante la candidatura, máxime considerando que Macri y Vidal parecen avanzar con estrategias diferentes: el Presidente se convence -y lo convencen- de que hay que mantener el purismo étnico del PRO, mientras que Vidal parece inclinarse por seguir sumando dirigentes peronistas que aporten al dominio territorial. A esa estrategia apunta el Foro de Intendentes de Cambiemos impulsado por el propio Jorge Macri y Ramiro Tagliaferro de Morón, que durante el año realizó cinco encuentros con el objetivo de intercambiar experiencias de gestión, pero también para servir de nexo con los funcionarios del gobierno bonaerense de Vidal para acelerar respuestas y evitar que algún descontento despierte sangrías.
Claro que esa mirada general comienza a enturbiarse cuando los intendentes empiezan a mirar fronteras adentro de sus distritos. Varios jefes comunales radicales del interior provincial coinciden en afirmar que aspiran a listas únicas de concejales y consejeros escolares, con la esperanza de no tener frentes internos. Distinta es la situación en algunos distritos como por ejemplo San Martín en donde la interna de Cambiemos aparece más expuesta. Allí Vidal tiene una pata con su ministro de Desarrollo Social, Santiago López Medrano, quien en 2012 comenzó a incursionar en la política sanmartinense; Jorge Macri tiene su delfín con el subsecretario de Servicios Públicos de Vicente López, Andrés Petrillo quien aspira ser el próximo intendente de San Martín, y hasta el propio Mauricio Macri respalda al periodista y relator que sigue la campaña de Boca, Daniel Mollo, que actualmente es el presidente del bloque de concejales de Cambiemos.
Pero además, un novato intendente de Cambiemos que asumió en un distrito caliente derrotando a uno de los últimos barones peronistas del conurbano y que apura el paso para enderezar la gestión asegura que "nosotros desde el territorio aspiramos también a tener injerencia en el armado de las listas provinciales, a nivel región electoral queremos tener participación para definir nombres".
Liderazgo
El peronismo camina aún lamiendo las heridas de la derrota de 2015 y con el cabildeo interno para acercar voluntades a los distintos espacios que se disputan el legado de la justicia social. El toreo entre dirigentes tiene varias intrigas que el avance del cronograma electoral irá obligando a develar. Uno de los coqueteos que más expectativas genera es la decisión que adoptará Cristina de Kirchner, con distintos exégetas de la expresidenta pululando en la fauna conurbánica, son varios los que esperan a que sea ella la que mueva la primera pieza para definir el rumbo. Y las aguas se dividen entre quienes respaldan a CFK como la líder del peronismo y quienes consideran que su tiempo ya pasó. Un intendente que prefiere presentarse como peronista dejando atrás el sello del FpV sostiene que "si Cristina gana las elecciones en la provincia de Buenos Aires emerge como líder pero no sirve para candidata del peronismo para el 2019; nosotros queremos recuperar el poder en 2019, no en 2023".
Otro planteo que llega desde un distrito comandado por un alcalde con pasado K es que "si Cristina es candidata y termina armando listas para los concejos deliberantes, La Cámpora nos va a complicar la gestión; ya los tuvimos ocho años encima, ahora no queremos que nos vuelvan a mandar". Un peronista elige una metáfora para plantear el escenario: "El problema es que Cristina va tomar la decisión a ultísimo momento, y eso obliga a tener varios tableros de TEG a la vez".
Así las cosas, los colectivos de intendentes peronistas van agrupando dirigentes con ideas y objetivos similares, pero con fidelidades que son volátiles y en algunos casos efímeras.
El primero es el Grupo Esmeralda que plantea la necesidad de que el peronismo siga una agenda a futuro siempre con eje en la justicia social y está liderado por Gabriel Katopodis de San Martín, Mariano Cascallares de Almirante Brown, Martín Insaurralde de Lomas de Zamora, y Juan Zabaleta de Hurlingham. Con un tinte kirchnerista pero también pensando en el futuro del peronismo está el Grupo Fénix en donde abrevan Gustavo Menéndez de Merlo, Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas, Ariel Sujarchuk de Escobar, Verónica Magario de La Matanza, Walter Festa de Moreno y Juan Ustarroz de Mercedes. Una tercera posición es el Grupo Establo en donde participan Marisa Fassi de Cañuelas, Mario Ishii de José C. Paz, Jorge Cortéz, de H. Yrigoyen y Oscar Ostoich de Capitán. Sarmiento, entre otros. Hay otros que prefieren seguir referenciados claramente en el kirchnerismo como es el caos de Jorge Ferraresi de Avellaneda y Mario Secco de Ensenada.
Por supuesto que otro jugador clave es Sergio Massa, quien desde el Frente Renovador proyecta el 2019 como el momento exacto para dar el salto para llegar a la Casa Rosada. En ese espacio sostienen que "Cristina tiene un núcleo duro que llega al 25% o 30% del electorado, pero la realidad es que pensando en 2019 también tiene un techo, no veo que sea la mejor candidata del peronismo de cara a la elección presidencial".
La búsqueda de un liderazgo, con el que históricamente el peronismo se siente más cómodo, incluye al derrotado Daniel Scioli y al exministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo. "Con Scioli estaríamos planteando la misma campaña que en 2015, en donde lo único que hicimos fue hablar de los 12 años y no le hablamos a la gente de una agenda de futuro; el peronismo necesita renovarse y para eso estamos trabajando", cuenta un joven intendente peronista. En la misma línea, otro expone: "El 2017 va a ser un tablero de prueba de los liderazgos del peronismo, pero si en 2017 las candidaturas únicas son las mismas que las de 2015, eso va a atrasar muchísimo el reordenamiento del peronismo".
Por su parte, desde el entorno de Randazzo analizan que "aún hay tiempo para definir las candidaturas, hay que tener paciencia y no saturar a la gente. Florencio está tranquilo, no quiere desgastarse, estuvimos 12 años y si sale a hablar ahora no le suma". Las mismas fuentes creen que el nacido en Chivilcoy "definirá si es candidato el año que viene, pero que mantenga un bajo perfil no quiere decir que esté inactivo, él mantiene contactos con intendentes, legisladores y gobernadores para debatir sobre el presente y futuro del peronismo".
Dentro del juego electoral cada uno va moviendo las fichas, pero a la vez los intendentes, tanto oficialistas como opositores, enfrentan el desafío de sostener una gestión que resuelva los problemas de los vecinos.
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