11 de diciembre 2012 - 00:00

Moreno, a la CGT y a empresas: ‘‘Moderen precios y salarios’’

Antonio Caló
Antonio Caló
Precios y salarios, como era de esperar, fueron los temas centrales en la megarreunión que convocó ayer el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de la que participaron numerosos dirigentes sindicales y empresarios. El resultado: habrá otra cumbre similar antes de fin de año (no se fijó fecha), pero luego de que patrones y obreros se reúnan por separado y por rama de actividad.

No se habló de topes para los aumentos salariales en 2013, ni tampoco de precios máximos, pero quedó en el aire la intención oficial de avanzar en esa dirección. Sin embargo, Moreno reiteradamente mencionó la necesidad de frenar la carrera entre precios y salarios para no afectar el consumo interno, que es la base sobre la que el Gobierno asienta su gestión.

Desde ya, el planteo descolocó a los gremialistas «oficiales»: saben que atrás de cualquier acuerdo en ese sentido la CTA que comanda Pablo Micheli y la CGT que capitanea Hugo Moyano saldrán con los tapones de punta a pedir aumentos por encima de cualquier tope.

La intención del funcionario -tras la correspondiente venia de Cristina de Kirchner- era adelantarse a la conflictividad que se espera se desate en marzo, cuando comiencen las paritarias. Sin embargo, y pese a que en la «CGT Balcarce» se agrupan los principales gremios industriales, la propuesta tiene una pata renga: la CGT y la CTA opositoras no acatarán las decisiones que se tomen en este improvisado consejo tripartito.

Así, el desconcierto ganó tanto a los sindicalistas como a los empresarios, ante la vaguedad de los temas planteados por Moreno que

-como suele suceder en estos casos- prácticamente monopolizó el uso de la palabra. La parte sindical de la mesa quedó especialmente atónita cuando el funcionario no descartó que se pueda trabajar en un mecanismo de negociación que reemplace a las paritarias. La presencia de la viceministra de Trabajo Noemí Rial y de Norberto Ciaravino, jefe de gabinete del ministro Carlos Tomada (de viaje por Rusia) pareció avalar esta posibilidad. También asistió la titular de Industria, Débora Giorgi.

Alrededor de la mesa se sentaron Carlos Bulgheroni (Bridas), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Hugo Sigman (Grupo Chemo), Luis Betnaza y David Uriburu (Techint), Adrián Kaufmann Brea (Arcor), Oswaldo Schulz (Loma Negra), José Ignacio de Mendiguren (UIA), Juan Lascurain (ADIMRA), Juan Carlos Sacco (FAIGA) y Alejandro Vivanco (Coto) entre los empresarios.

El sindicalismo estuvo representado por el secretario general de la CGT Balcarce, Antonio Caló, Gerardo Martínez (UOCRA), Oscar Lezcano (Luz y Fuerza), Héctor Daer (Sanidad), Carlos Pignanelli (SMATA) y Omar Viviani (taxistas).

Quien llevó la voz cantante entre los empresarios fue Rubén Cherniajowski (New San), que fue el que le propuso la idea del encuentro a Moreno. En diálogo con este diario, el empresario aseguró que «lo que tenemos que buscar es la competitividad, porque si no logramos venderles a nuevos mercados, vamos al aislamiento y eso sería un desastre».

Algunos de los presentes en la reunión confiaron a este diario que se habló de la actualización del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, pero sólo por iniciativa de los gremialistas; el tema cayó también en el vacío.

El secretario de Comercio Interior expuso largamente sobre su cuasi certeza de que para fines del año próximo se habrá recuperado la actividad en Europa y con ello los precios en ese continente -hoy deprimidos por la crisis- volverán a niveles razonables, lo que hará más competitiva la economía local.

A su turno, Bulgheroni pidió una política energética que apunte a eliminar el déficit que genera la necesidad de comprarla en el exterior.

Al hablarse de que habrá nuevas convocatorias, con otros integrantes en la mesa, varios se miraron preguntándose si el Gobierno estará dispuesto a incluir al gremialismo «rebelde» que encarnan Moyano y Micheli. La otra gran pregunta (que parece tener una respuesta obvia) es si esta fracción del gremialismo aceptará semejante convite.

Esta situación confirmó la peor pesadilla de los empresarios: un movimiento obrero divido, peleándose entre sus actores por demostrarles a las bases quién es capaz de arrancarle más aumentos y reivindicaciones a la patronal.

Y por si quedaban dudas, Andrés Rodríguez, secretario general de la UPCN (CGT oficialista), las disipó: «No estamos buscando un pacto social. No, no se habló de un tope del 20%, para nada. Éste no es el ámbito: en todo caso, las pautas salariales se manejan a través de cada convenio colectivo».

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