Perpetuar: durar para siempre o mucho tiempo.
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Los barones del interior: la eternidad al poder
Más del 10 por ciento de los intendentes de la Provincia intentará revalidar su mandato por, al menos, quinta vez. Quiénes son los jefes municipales que más años llevan en el poder. El caso del distrito que no cambia de gobierno desde hace más de 28 años.
En el diccionario, los ejemplos tienden a ser compasivos y hablan de “los buenos momentos vividos suelen perpetuarse en la memoria”. Habría que agregar, para hacer más amplio el espectro, que las pesadillas también. No por nada la idea de lo perpetuo está ligada a las cadenas. A eso que no permite ser libre. Claro que los pueblos eligen. Y ante esto, la consulta que se abre, o que se cierra (para continuar con la figura), es si al final lo que se impone es la persona o el proyecto. Y desde esa duda nacen las diferencias.
Lo concreto marca que, a partir de la sanción de la ley que pone fin a las reelecciones indefinidas en los municipios, son varios los intendentes que, en caso de presentarse en estas elecciones, irán por su último mandato. Y no se trata de un dato menor ya que, exceptuando a los 24 distritos que forman parte del Conurbano, una de cada siete intendencias de la Provincia cuenta con un mandamás que lleva, al menos, cuatro mandatos consecutivos al frente.
Es que, a diferencia de lo que se cree, el título de barón no sólo es aplicable para el Gran Buenos Aires. En el interior de la Provincia también hay barones. Algunos de ellos con más años que los que lleva Alejandro Granados en Ezeiza o, incluso, por encima de los 27 años que sumó Manuel Quindimil en Lanús. Lo que se dice un verdadero record.
El dato toma mayor dimensión si se tiene en cuenta que, también por el contrario de lo imaginado, el acreedor de este título pertenece al radicalismo y forma parte de Cambiemos. Se trata de Aníbal Loubet, intendente de General Guido, el municipio menor densamente poblado de Buenos Aires (con un habitante por kilómetro cuadrado), quien está al frente del distrito desde el 1991 por lo que lleva 28 años en el ejercicio del poder. Siete mandatos seguidos y, al parecer, podría ir por un octavo y final. Lo llamativo del asunto es que el Concejo Deliberante, compuesto por 6 concejales, sólo cuenta con representantes del oficialismo. Una figura de lo que sería gobernar con piloto automático.
En Tres Arroyos, un municipio mediano (con más de 60 mil habitantes), la historia es parecida. Pero no igual. El vecinalismo lleva 24 años en el poder, de los cuales los últimos cuatro mandatos (16 años) fueron por cuenta de Carlos Alberto Sánchez. “Cuando se está tanto tiempo al frente empieza a aparecer el autoritarismo. Muchos delegados parecen patrones de estancia que castigan o premian según su conveniencia”, asegura el concejal local de Unidad Ciudadana, Martín Garrido. Y agrega que “no sé si tiene que ver con la cantidad de tiempo. En su momento fui crítico del límite a las reelecciones. Si él quiere volver a jugar, está en nosotros mostrar una mejor oferta. El municipio se estancó desde 2015 y se empezaron a notar las falencias. Después de cuatro mandatos no se pudieron generar los recursos propios para afrontar el momento económico. Qué clase de vecinalismo permite que en Reta, por ejemplo, donde no hay conexión de agua corriente, los vecinos tengan que caminar 25 cuadras con un bidón para acceder a canillas comunitarias”.
No son los únicos casos. En Tandil, el doctor Miguel Ángel Lunghi lleva cuatro mandatos al frente de un municipio que cuenta con más de 130 mil habitantes. En esos 16 años el ex médico de Daniel Scioli tuvo buenas relaciones con el entonces gobernador y fue uno de los reconocidos radicales k pero luego, por ser orgánico con el partido, pasó a formar parte de Cambiemos. En caso de presentarse una vez más alcanzará los 20 años en el poder.
En Capitán Sarmiento, Oscar Ostoich (del FPV) lleva dos décadas a cargo del municipio. En diciembre pasado sufrió un infarto que, al parecer, lo alejaría de la tentación de acceder a un nuevo mandato. En Tordillo, el distrito menos poblado de la Provincia, Héctor Olivera gobierna desde el 2002. En 2007 no tuvo ni que ponerse nervioso ya que no tuvo competidores. En la última elección sacó el 51 por ciento de los votos.
Los vicios del poder
“Perpetuarse en el poder genera ciertas mañas”, asegura el concejal por Cambiemos en Leandro N. Alem, Paulo Brondolo. Y agrega que “es muy difícil hacer algo en conjunto porque el intendente es muy cerrado”. El edil habla de Alberto Conocchiari, jefe municipal desde 1999, quien en vistas de una nueva confrontación electoral realizó una serie de cambios en el gabinete. “Es el típico gobierno kirchnerista. Y el intendente funciona como si fuera un mini conurbano. Lo que intentan siempre es destruir a la oposición a toda costa. Todo aquel que le hace sombra, lo corren al costado. Se generó una cultura de miedo donde muchos trabajadores locales dependen del municipio y tiene miedo de, en caso de cambiar las cosas, perder su trabajo. Pero ya no es lo mismo que otros años en los que estuvo más fuerte. Perdió credibilidad y ahora se puede generar un cambio”, sostiene Brondolo.
Marcos Paz y Ensenada comparten la cantidad de habitantes: cerca de 60 mil personas por municipio. Y también el hecho de tener un jefe comunal, del mismo color político, desde hace cuatro elecciones. Tanto Ricardo Curutchet como Mario Secco ya cumplieron 16 años en el poder y van por los 20. Misma situación se da en Dolores, donde gobierna Luis María Etcheverren, de Cambiemos, quien en 1995, con solo 28 años, ya había sido precandidato a intendente por la UCR. Hoy trabaja cerca de Lilita Carrió y es uno de los pocos jefes municipales que responde a la líder de la Coalición Cívica.
A pocos meses de una nueva elección, los intendentes intentan no mostrarse en campaña. La idea de presentarse a un nuevo mandato puede jugarles en contra a la hora de continuar en el poder. Una estrategia que también se liga al ámbito nacional, donde las aspiraciones de muchos todavía están sujetas a las decisiones de Cristina Fernández. Habrá que ver qué sucede en aquellos municipios de corta memoria. Y es que más allá de que el actual intendente de cada distrito se presente este año o no, la próxima elección será la última. Y entonces, será el momento de saber cómo reinventarse en un nuevo escenario.
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