No le encuentra la vuelta

La cara de preocupación de Ángel Cappa y de su ayudante Francisco Russo lo dicen todo. River pierde puntos importantes y el técnico todavía no encuentra el equipo.

El empate en el último minuto de Quilmes creó una pequeña crisis en el River de Ángel Cappa y hasta algunos especulan con una llamada de un allegado a Daniel Passarella a Américo Gallego para que esté atento por la posibilidad de volver a dirigir a River.

Lo cierto es que a muchos no le gustó el planteo que hizo Cappa ante Quilmes y aunque el equipo creó muchas situaciones de gol, al no convertirlas terminó perdiendo 2 puntos fundamentales, sobre todo en el promedio para mantener la categoría.

Los dos partidos sin victoria lo alejaron de la punta, aunque en River también le apuntan al árbitro Juan Pablo Pompei que tuvo una floja actuación y que tratarán de que no los vuelva a dirigir por el resto del torneo.

Cappa fue citado por el tribunal debido a sus declaraciones sobre Pompei, del que dijo que era «horroroso» y que «por el bien del fútbol» no tenía que dirigir más.

De cualquier manera, en lo futbolístico el técnico tiene que buscar la manera de reemplazar a Almeyda (ver aparte) y tiene dos posibilidades: Walter Acevedo, quien lo reemplazó cuando se lesionó ante Quilmes, y Josepmir Ballón, en caso de que esté recuperado Facundo Affranchino y pueda volver a jugar de volante por derecha.

Hoy volverán a entrenarse y se empezará a delinear la semana. El técnico tendrá que decidir el equipo y aunque está conforme con la dupla ofensiva formada por Mariano Pavone y Funes Mori, preocupa la cantidad de goles que se pierde este último.

El técnico ya cambió en defensa (Román por Alexis Ferrero), hizo muchas variantes en el medio y hasta postergó al banco de suplentes a Diego Buonanotte primero y Ariel Ortega después, pero no le encuentra la vuelta a un equipo que todavía no pudo desplegar el juego que insinúa y al que le falta contundencia para definir los partidos. Cappa hace una semana declaró: «Si me dan un año, firmo que lo saco campeón», pero la ansiedad por el promedio del descenso hace que los tiempos se apresuren y que un año parezca mucho tiempo, cuando es el mínimo necesario para armar un buen equipo.