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Obama y Bush encabezan el recuerdo en una ciudad triste

Carlos Burgueño - Enviado especial a Estados Unidos
El domingo, Barack Obama y el expresidente George W. Bush serán los principales participantes del evento, pero por decisión común entre demócratas y republicanos, no habrá discursos. Ambos abrirán los grifos de una cascada artificial que en medio del Ground Zero caerá sobre una pared de granito donde están los nombres de las 2.997 víctimas del mayor atentado terrorista en la historia de los Estados Unidos. Será ésta la presentación oficial del definitivo monumento a los muertos y sobrevivientes del 11 de septiembre de 2001, el último gran hecho de violencia política que cambió para siempre a la humanidad.
Oficialmente, el lugar dejará además de llamarse Ground Zero para ser denominado World Trade Center, Memorial Pools. Los actos cobran especial significación tras la muerte, hace unos meses en Pakistán, de Osama bin Laden, líder del grupo terrorista Al Qaeda y autor intelectual de los ataques terroristas.
El programa oficial incluye la inauguración de una de las dos cascadas artificiales ubicadas en dos ojos de agua cuadrados, similares y en el mismo lugar físico donde se ubicaban las Torres Gemelas, en cuyas paredes de granito están grabados los nombres de las 2.997 personas que fallecieron o permanecen desaparecidas luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001. También el domingo, Obama estará presente en Shanksville, donde se inaugurará otro Memorial, pero para las víctimas del vuelo 93 derribado en esa localidad de Pensilvania, donde los pasajeros de ese vuelo frustraron un cuarto ataque, esta vez, se supone, contra el Congreso norteamericano. Un cuarto acto se celebrará en la explanada del Pentágono, donde los terroristas de Al Qaeda estrellaron el tercer avión secuestrado.
Nueva York se mantiene expectante ante el acto del domingo. Toda la zona del Ground Zero, donde se construye un nuevo complejo superador del que fue el World Trade Center, está tomada por la seguridad. Los cielos están completamente bloqueados y se prohíbe cualquier tipo de vuelo, salvo los especialmente autorizados. Tanto Obama como Bush tienen agendas secretas.
Ayer, incluso, hubo quejas de muchos de los bancos y centros financieros de los alrededores del Ground Zero (dentro del distrito de Wall Street), ya que la circulación y operatividad resultaban realmente complicadas por el terminante operativo de seguridad ya desplegado para los actos del domingo. Ayer tampoco era un día positivo para el barrio: nuevamente la crisis financiera afectaba a la Bolsa de Nueva York, luego de haberse conocido un nuevo y preocupante índice de desempleo en el país del 9,1%. Así, el malhumor por las nuevas pérdidas económicas eclipsaba al menos por ahora la memoria de las víctimas y los homenajes a los sobrevivientes y voluntarios.
Lo que el domingo se abrirá con la presencia de Obama y Bush será el parque de la memoria a las víctimas del 11-S, denominado Memorial Pools, dos estructuras cuadradas de una dimensión similar a la base donde se levantaban ambas torres derribadas, donde en sus paredes figuran los nombres de las víctimas, bendecidas permanentemente por cascadas de agua reciclable. En el medio, un pozo hacia las profundidades dibujará de noche la silueta de las dos construcciones del World Trade Center, con gigantes faroles que apuntan al cielo. La apertura al público del Memorial será el próximo lunes, pero con entradas compradas a 15 dólares a la organización oficialmente establecida por la ciudad de Nueva York para el recuerdo de las víctimas. Ambas cascadas se ubican entre tres de las cinco nuevas torres que se levantan en el predio del Ground Zero, una de las cuales tiene a Skanka como la empresa dedicada a su construcción.
Los atentados causaron más de 6.000 heridos, la muerte de 2.973 personas y la desaparición de otras 24, y resultaron muertos igualmente los 19 terroristas. Inmediatamente después, los hechos fueron condenados por toda la comunidad internacional, incluyendo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Para los ciudadanos del mundo, nada volvió a ser igual. Comenzó una reacción de temor generalizado en todo el mundo, se elevaron las medidas de seguridad a niveles nunca experimentados antes, se modificaron las normas de seguridad aérea, y la vida pública mundial viró hacia el miedo.
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