El radicalismo se dedicó el viernes pasado a leer la edición del día del Boletín Oficial. De la larga lista de nombramientos, desginaciones y resoluciones hubo una que cautivó especialmente a la oposición: la que aprueba dos contratos con la empresa China North Industries Corporation para la compra de nuevos uniformes para el Ejército Argentino por un monto que, en total, supera los u$s 16 millones. El punto que cuestionan los senadores del radicalismo y que se incluirá en un pedido de informes que presentarán esta semana es cuáles fueron las razones de ese contrato, habida cuenta que se trata de un Gobierno que definió dentro de su modelo económico la prioridad para el compre nacional en el Estado y el incentivo a la industria textil para afrontar la dura competencia con el exterior, especialmente con la industria China a la que ahora se le contratan los nuevos uniformes.
El contrato y sus anexos, firmados por Agustín Rossi como ministro de Defensa, mas allá de describirle a los chinos, como en un figurín de moda, los colores de cada uno de los tipos de uniformes que utilizarán los oficiales y soldados (se vuelve al verde oliva), la banda de tonos de los colores patrios y la aplicación de la bandera, enumera los elementos a comprar como camisas, cascos comunes y de combate, medias, pantalones, fundas y trajes de protección térmica.
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