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Otro muerto en día de represión inusualmente feroz en Venezuela
Caracas se habitúa a una rutina de manifestaciones y violencia. La situación política complica más la vida económica en el país.
Las manifestaciones, que exigen la salida de Maduro mediante elecciones generales, se iniciaron el 1 de abril luego de que el máximo tribunal de Justicia se adjudicara brevemente los poderes de la Asamblea Nacional, único poder que controla la oposición.
Justamente la marcha de ayer buscaba llegar a la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en el centro de Caracas, pero los policías antimotines bloquearon y dispersado a los manifestantes a punta de gases. Con escudos de madera y metal, y encapuchados, decenas de jóvenes se pusieron al frente de la movilización, lanzando piedras, cócteles molotov y bombas de pintura contra las uniformados. Algunos arrojaron bombas de excrementos, conocidas como "puputov".
La multitud se replegó luego de tres horas ante al aumento de los gases y los chorros de agua. "Estuvo dura la gente, estamos aprendiendo, costó hacernos retroceder", comentó Rodrigo Moscoso, de 43 años.
Los opositores también rechazan la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente con convencionales elegidos por voto tradicional y a través de movimientos sociales oficialistas, por considerar que con ello busca una "Constitución a su medida para perpetuarse en el poder".
"La moral de este pueblo está más firme que nunca. No vamos a aceptar una Constitución hecha por Maduro y sus amigos", afirmó el líder opositor Henrique Capriles, mientras se limpiaba con un pañuelo restos de gases.
Agencias AFP, Reuters y EFE |
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