Otro pase de rastrillo

Que sí, que no. Que nos caemos, que nos levantamos. Que después intentamos: hasta caernos de nuevo. Si comparamos en estos días la vida de los mercados, con la de las efímeras mariposas: coloridas, pero de ciclo de vida tan breve, el andar por este período nos confirmó la imagen del «nacer y morir en la misma rueda», siendo la siguiente todo un nuevo proceso sin mucha ligazón con lo previo. Y así, hasta arribar al remate del viernes, donde nuevamente los operadores vieron que sus apuestas -porque hoy en día, no da para otra cosa- eran barridas por el «rastrillo» implacable: que se llevó todas las «fichas». Comenzando por el Dow Jones, en medio de las tribulaciones de Obama y su Gobierno, siguiendo por la inundada Europa y alcanzando también en la rueda final al Bovespa: que cayó el 3,2%, cuando antes había contradecido al resto con buena suba.

El Merval no hizo más que volver a copiar y hacerse eco del mensaje llegado de afuera: «todos abajo»... Con máximo de «2.824» -siempre debajo del cierre del jueves-, mínimo que tocó los «2.741» puntos: cerrando cercano a ello, con «2.753» unidades. Porcentual de buen cuerpo, con el 2,8%, más diferencias entre especies que afirmaron la imagen de plano inclinado a la baja: sólo «7» subieron, frente a «51» en descenso. Nuevamente el volumen efectivo resultó excesivo, dando liquidez de $ 78 millones, cuando la demanda estaba borrada en gran medida. La variable «precios» fue la vapuleada, sin consideración.

La semana: repaso de daños en cinco días, con el Bovespa el más resistente y baja de sólo un 1,3%. El Dow Jones con el 2,2% y el Merval duplicando eso: hasta un 4,2%. Pésimo saldo, mercados acopiando bajas. Y la Bolsa, estrujada.