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Para la FAO, la igualdad de género reducirá el hambre
El informe «El estado de la alimentación y de la agricultura (Sofa 2010-2011)» de la FAO destacó asimismo que ese acceso de las mujeres aumentaría la producción agrícola total de los países en vías de desarrollo entre un 2,5 y un 4%.
«Tenemos que eliminar toda forma de discriminación respecto de las mujeres», afirmó el director general de la FAO, Jacques Diouf, al presentar el informe. Se trata de lograr que el acceso a los recursos «sea más equitativo» y que «las voces de las mujeres sean escuchadas a todo nivel de decisiones», destacó.
«Los rendimientos en las tierras que controlan las mujeres son menores que las que gestionan los hombres», según el informe, pero esto no se debe a su desempeño. El problema es que las mujeres no cuentan con el mismo acceso a los insumos que los hombres, pues si lo tuvieran sus rendimientos serían iguales, producirían más y la producción agrícola en su conjunto se incrementaría, aseguró la FAO.
El informe «plantea sólidas razones económicas para promover la igualdad de género en la agricultura», subrayó Diouf.
La igualdad de género no es tan sólo un ideal noble, «es también crucial para el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria. Debemos promover la igualdad de género y el poder de las mujeres en la agricultura en pro de la sostenibilidad y la lucha contra el hambre y la pobreza extrema», agregó Diouf.
«Con sólo dar a las mujeres el mismo acceso que los hombres a los recursos agrícolas, podría incrementarse la producción de las explotaciones de las campesinas en los países en desarrollo del 20% al 30%», puntualizó.
De esa forma, «podría aumentarse la producción agrícola total en estos países entre un 2,5% y un 4%, lo que a su vez puede suponer una reducción del número de víctimas del hambre en el mundo del orden del 12% al 17%, equivalente a entre 100 y 150 millones de personas», precisó.
Se calcula que «925 millones de personas estaban subnutridas en el mundo en 2010, de las cuales 906 millones viven en países en desarrollo», según el reporte.
«Debemos eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres, asegurar que el acceso a los recursos sea más equitativo y que las políticas y los programas agrícolas sean conscientes del género y permitan que se escuchen las voces de las mujeres en la toma de decisiones a todos los niveles. Las mujeres deben ser vistas como partes iguales en el desarrollo sostenible», recomendó Diouf.
Las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, desde el 20% en Latinoamérica hasta casi el 50% en Asia oriental y el sureste asiático y África subsahariana. El porcentaje es mayor en algunos países y puede variar mucho de un país a otro, dice el informe.
Cuando se emplea a las mujeres rurales, suelen quedar marginadas a las ocupaciones peor pagas, y con frecuencia en formas de empleo menos estables, como trabajo temporal, a tiempo parcial o con salarios bajos, detalló el reporte de la FAO.
El informe documentó desigualdades de género en el acceso a un gran número de insumos agrícolas, incluyendo tierra, ganado, trabajo, educación, servicios de extensión, crédito, fertilizantes y equipos mecánicos.
«Las mujeres campesinas alcanzan habitualmente menores rendimientos que los hombres, no porque sean menos capaces, sino porque se ocupan de explotaciones más pequeñas y utilizan menos insumos, como fertilizantes, semillas mejoradas y aperos, aseguró Terri Raney, autor del informe.
Los funcionarios gubernamentales tienen que responsabilizarse de mantener la ley, y las mujeres tienen que ser conscientes de sus derechos y contar con el poder suficiente para reclamarlos.
Las mujeres se enfrentan a múltiples dificultades en la agricultura que derivan de la complejidad de la producción agrícola y de las exigencias encontradas sobre su tiempo.
Para ser eficaces, las intervenciones tienen que estar agrupadas, de forma que aborden esas dificultades de manera integrada, culminó el informe.
Agencia ANSA
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