Pocos invitados para celebrar el trimestre

Termina un trimestre que parece venir con algunas sorpresas. En primer lugar, a pesar de los bajísimos volúmenes tranzados, ya que se negoció menos del 70% de lo que se hizo en el primer trimestre del año pasado (ayer apenas se operaron 900 millones de papeles en el NYSE), el riesgo puro no perdió su atractivo. Esto explica porque el Russell 2000 es el que más sube entre los grandes indicadores bursátiles y porque el Dow (ayer trepó 0,11% a 10.907,42 puntos) avanzó menos de la mitad que aquél. Otro hecho que puede tomarnos desprevenidos es lo ocurrido entre el dólar y los commodities. Mientras la moneda norteamericana avanzó más del 6% frente al euro el precio del crudo se incrementó en casi un 4% reflejando que la relación dólar/commodities se mueve de manera contrapuesta ya sea en el corto plazo o en el largo. Por último, es el tema de las tasas, donde las de corto plazo y las correspondientes a los títulos de alto riesgo se redujeron, mientras que las libres de riesgo de largo aliento tuvieron un notorio incremento. La explicación a todos estos comportamientos puede parecer algo ilógica, pero tiene que ver con la evidente huida del mercado financiero del segmento de inversores medios, quedando el escenario para quienes no tienen problemas en tomar riesgos y para los más conservadores. Volviendo al martes, nuevamente el mercado danzó al son que le marcaba el dólar. Así cuando el billete perdía terreno en la mañana, las acciones marcaban los máximos del día, una situación que se revirtió pasado el almuerzo cuando el verde comenzó a recuperar terreno. Si las cosas no fueron peores, fue gracias al cada vez más evidente Window Dressing y a ciertas apuestas por Verizon y la nueva tableta de Apple.