La tendencia para repetirse. Esperar por un futuro período (el ya famoso segundo semestre), que finalmente marque el despegue del empleo en Argentina, y que demora recurrentemente su aparición.
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Con mitad del partido ya jugado, cierto es que este 2017 muestra progresos en la demanda laboral profesional, formal y privada contra el año anterior. Moderada y marcadamente sectorial, esta mejora sigue condicionada al futuro de las decisiones político-económicas.
¿Quiénes motorizan este aumento? Por lejos, la industria de tecnologías de la información (IT). Unos peldaños por debajo, acompañan los servicios financieros (bancos) y las renovadas agro-industrias. En oposición y en el debe, el empleo en compañías de energía & petróleo, construcción y automotrices y algunas de consumo masivo continúa en terapia intensiva y con pocos signos vitales.
Todo el resto del sector productivo navega en la incertidumbre, con mejoras temporales y con arranques y contramarchas, con alguna ventaja para las empresas de servicios.
En este escenario de escueto crecimiento, lo que se pide es como siempre lo escaso: ingenieros en sistemas o informática, ingenieros electrónicos, mecánicos y electricistas o licenciados en sistemas. La Argentina necesita muchos más ingenieros, especialistas técnicos y contadores, en desmedro de abogados, psicólogos, diseñadores o profesionales de la comunicación. En mucho de esto se apoya el desempleo de los más jóvenes; aquellos que con entre 18 y 24 años buscan su primer empleo. Las compañías no encuentran lo que necesitan y los candidatos, trabajo.
Ya es hora que alguien (estado, en primer lugar; pero el sector privado y el sistema educativo), en serio, informe y comunique de manera clara y honesta la oferta laboral y la real empleabilidad de algunas vocaciones de moda.
Varias encuestas reflejan el optimismo de los CEOs de cara al futuro. Pero en las empresas aún convive la prudencia y el ver para creer. Empero, los brotes verdes aún no terminan de florecer y las genuinas oportunidades de empleo siguen siendo al cabo para unos pocos. Una foto casi calcada a la de los últimos años.
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