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Reducen área de trigo por otros cultivos

Productores del sur bonaerense sembrarán menos cereal y más cebada y arveja, ya que «el futuro triguero está en duda por la intervención oficial en el mercado».
Hernán Moreno, Eduardo Ricaurte, Juan Louge (h), miembros de los grupos Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) del sur de Buenos Aires, coincidieron en que la cosecha fina va a estar presente en sus campos, pero va a perder terreno, en tanto que el trigo será el cultivo más perjudicado con estos cambios.
Moreno describió la realidad de su establecimiento de 2.000 hectáreas ubicado sobre la Ruta 226, de las cuales 1.600 se destinan a la agricultura. Señaló que el plan de la empresa «tiene gran vocación por el doble cultivo, por margen, por diversificación de riesgos, por sustentabilidad y el mejor uso de los equipos».
Además, reveló: «En una oportunidad arrancamos con 10 hectáreas de arveja con buenos rindes: 1.900 kilos por hectárea; sin embargo, en 2009 no nos fue tan bien, porque sufrimos una helada y terminamos cosechando 900 kilos por hectárea».
El productor afirmó que «todo lo que se hace en cosecha fina sigue con soja de segunda, que arroja rindes superiores a los 1.500 kilos por hectárea».
«Técnicamente tenemos bastante claro cómo hacer la fina, pero tenemos muchas dudas sobre cuánta fina hacer, por el contexto que se genera a partir de la intervención oficial», dijo.
En este sentido, concluyó que «si bien los resultados físicos del doble cultivo son muy satisfactorios -como ocurre con los de la cosecha gruesa-, la superficie de fina va a disminuir, sobre todo por la incertidumbre que generan las condiciones comerciales».
La realidad productiva de Juan María Louge (h) que produce en el partido bonaerense de Benito Juárez, difiere bastante de la de Moreno, pero coinciden en la decisión de achicar la superficie de trigo.
Louge aclaró que la ganadería es la principal actividad de su empresa y que la agricultura ayuda en la rotación. »Generalmente apuntamos a un trigo de calidad, ya que como no estamos en una zona de altos rindes, buscamos percibir alguna bonificación por gluten o proteína».
En 2010 Louge implantará cebada, no tanto para sacarle superficie al trigo, sino al maíz, «que vemos un poco más riesgoso para esta zona y preferimos reemplazar por sorgos para pastoreo». «Obtener 5.000 kilos de cebada no es tan difícil, y la diferencia de costos de implantación es importante», distinguió.
En síntesis, detalló que esta campaña va a sembrar un 52% menos de trigo (de 580 hectáreas en 2009 pasará a 280 hectáreas en 2010) y va a aumentar de 0 a 100 las hectáreas de cebada.
Eduardo Ricaurte, propietario de Cerro Amigo, establecimiento perteneciente al CREA Azul-Chillar, no escapó a la tendencia que marcaron sus pares. Comentó que está probando cebada gradualmente: «Nos va bastante bien, tenemos muy buen rendimiento con respecto al trigo, pero siempre aparecen problemas con la calidad y sufrimos muchos descuentos».
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