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Scioli se mostró en Río con Clinton. Hoy, turno de Macri
• Sergio Massa anunció su presencia, pero pegó el faltazo.
• La fundación del expresidente sesiona en Brasil por 48 hs.
El gobernador decidió su retorno después de la cena con Bill Clinton y tras haber mantenido durante más de una hora conversaciones con ministros de su gabinete, con Jorge Capitanich y otros ministros nacionales que le informaron sobre la situación de los reclamos de la Policía Bonaerense. Con ese panorama y sabiendo ya de las complicaciones también en Mar del Plata es que decidió el retorno en un vuelo que aterrizaría en Buenos Aires hacia las 4 de la madrugada.
El gobernador había cerrado anoche una previa de actividades junto a Clinton y al alcalde de Río de Janeiro Eduardo Paes en una cena en el comedor del Palacio Municipal con los patrocinantes de la cumbre que sesiona con agenda reducida en el legendario hotel Copa-cabana Palace. Scioli le regaló allí a Clinton una rastra criolla en caja protocolar, ante la mirada cercana de Luis Krekler, embajador en Brasil.
Lo de reducida viene a cuenta de que el exmandatario y animador de esta jarana adelantó su salida de Brasil para hoy, y suspendió las actividades de mañana, que incluían un almuerzo al que concurrirían Scioli y Macri. Antes de la decisión de Scioli de retornar al país se había previsto que los tres con Clinton y Dilma Rousseff estuvieran hoy a las 9 en la apertura en el Copacabana; de ahí Clinton se tomará un avión rumbo a Sudáfrica, en donde participará con otros presidentes (entre ellos Dilma y Barack Obama) y expresidentes (Lula, los Bush) en los funerales de Nelson Mandela que culminarán el domingo próximo.
Clinton se pasea por restoranes del barrio de Leblon de Río desde la noche del sábado, saludó anoche a Scioli, Paes y Cabral, que compartieron incómodos el escenario. Compiten por sus respectivos cargos cuando terminen sus mandatos, Paes quiere ser gobernador de Río pero Cabral quiere que lo suceda su segundo, que pelea por tener mejor chance de la poca que tiene hoy.
Los dos mandatarios argentinos tenían previsto participar de esta algarada que organiza Clinton con presencia en mesas de debate, lo que cambió en parte con el regreso del bonaerense a última hora.
Macri, hasta anoche, tenía confirmada participación en una mesa sobre el desarrollo ambiental en grandes ciudades, algo de lo que habló durante la semana con Jorge Capitanich y también, por teléfono, con Scioli, antes de viajar hacia aquí.
Clinton organiza la cumbre mundial de su Iniciativa todos los años, hacia septiembre, en Nueva York al mismo tiempo que sesiona la Asamblea de la ONU y compite con ella en cantidad de jefes de Estado que participan. Tiene, como el Cirque du Soleil, un formato itinerante que esta vez toca la cintura cósmica del sur. Brasil, país del cual se dice lo de China, que es una esperanza y siempre lo será, bajó al lugar 7 entre las grandes economías del mundo y Gran Bretaña volvió a superarla, pero es en el imaginario global una locomotora de actividad.
La Initiative de Clinton es un ejercicio de poder singular, arma una ONG que recauda millones de dólares al año entre gobiernos y empresarios, con el compromiso de éstos de desarrollar proyectos en iniciativas de desarrollo humano que el board analiza con rigor en sus métodos y sus resultados. Para entrar en ella hay que pagar y comprometerse a cumplir los objetivos y después de casi una década se afirma que la Clinton Initiative ha producido cambios en el remedio del sida, por ejemplo, que no pudieron lograr los Estados. Una forma de demostrar, como los anarquistas que siguen al teórico irlandés John Holloway, que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder (éste es el título de su principal libro: Change the World Without Taking Power, que está inspirado en el movimiento zapatista de México). La organización de Clinton sigue creciendo por este andarivel pero no se aparta mucho de la política tradicional, por eso se ha puesto de jefe de campaña de su mujer, Hillary, para suceder a Barack Obama en la presidencia. Para eso ha empezado a figurar el matrimonio en actos políticos en su país y el extranjero para capturar adhesiones al Partido Demócrata que la crisis de Obama hace tambalear.
En la cena de anoche Clinton estuvo acompañado de su hija, Chelsea, directiva también de la CGI. Se supo allí que Hillary no concurrió a Río porque está reponiéndose de un episodio similar al que sufrió Cristina de Kirchner. La exsecretaria de Estado tuvo también un golpe en la cabeza que le generó un coágulo con posterior opera-ción y recuperación con pocos movimientos y nada de estrés.
En el programa de la Iniciativa en Río estaba prevista la presencia de otra estrella del firmamento criollo, Sergio Massa, quien hubiera compartido escenario con sus dos adversarios, Scioli y Macri. Pero se disculpó en las últimas horas argumentando un compromiso familiar más importante.
El jefe porteño estará sólo hoy en el capítulo Río de Janeiro del CGI. Scioli, de todas formas, ya tenía pensado retirarse antes del final del encuentro, ya que tiene que estar mañana en el Museo del Bicentenario con expresidentes, otros gobernadores, intendentes y dirigentes del oficialismo junto a Cristina de Kirchner en el acto para recordar los 30 años de la asunción de Raúl Alfonsín, primer presidente de la transición.
En la segunda línea de expositores hay otros argentinos, como el empresario Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino, y la funcionaria Silvina Gvirtz, que fue fugaz ministra de Educación de Scioli y que hoy dirige el programa Conectar Igualdad, además de empresarios como Lucas Pescarmona, de IMPSA. Pero el más notable será, como en otros viajes clintonianos, su amigo y viejo room-mate en la Universidad de Georgetown, en Washington, Rolando González Bunster. Este personaje de todos los viajes de Clinton a la región estará en el panel sobre energía; su especialidad es desarrollar parques de energía eólica en varios países del mundo -entre ellos, República Dominicana-. Ha sido sponsor de las campa-ñas de Hillary y de Bill y tiene un avión privado que suele usar éste para viajes internacionales. Rolandou ha llevado antes a Clinton a Brasil para que diera una conferencia en la Ethanol Summit.
El apellido está ligado a la petite histoire del peronismo de los 50, porque Robertou es hijo de uno de los allegados más cercanos a Juan Perón, Luis González Torrado, abogado e industrial y entornista de la mayor confianza de Perón desde antes de que fuera presidente. Lo acompañó en el Gobierno sin tener cargos como asesor y lo siguió en dos exilios. Primero fue en Venezuela en 1956, bajo la protección del general Marcos Pérez Jiménez. Cuando este dictador fue destituido, lo siguió al exilio en República Dominicana al amparo de otro mandón, Rafael Leónidas Trujillo. En esas mudanzas familiares se crió Rolandou, quien conoció a Clinton en Washington en los años 60. Clinton suele viajar en el avión privado de González Bunster, después de molestas revelaciones cuando el expresidente norteamericano usaba para sus traslados el avión de Ron Burkle, dueño de una cadena de supermercados en California, amigo del expresidente de los tiempos de soltería. Clinton llamaba a ese avión, un Boeing 757, Ron Air, pero los amigos lo llaman el Air Fuck One por leyendas innombrables sobre la conducta de algunos pasajeros.
González Bunster es quien invitó a Scioli a participar en esta cumbre y ya ha visitado al gobernador en La Ñata, justo un día después de las elecciones del 27 de octubre. Bunster tiene un hijo discapacitado a raíz de un accidente de auto y creó la Fundación Walkabout, dedicada a buscar una cura a la parálisis y a donar una silla todoterreno a los discapacitados que no pueden comprarla. Esa fundación se contactó con la del Banco Provincia que preside Karina Rabolini y en la visita de octubre pasado le donó 500 sillas. Después hubo Ñata y allí Bunster lo invitó a participar de la cumbre de hoy en Río.
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