10 de noviembre 2016 - 23:50

Subsidiarán indemnizaciones por apertura de importaciones

• FIRMAN HOY UN PLAN PARA RECONVERTIR EMPRESAS EN RIESGO POR BAJA DE ARANCELES A LA TECNOLOGÍA
El Programa de Transformación Productiva alcanzará a sectores industriales golpeados por la competencia extranjera. Los fondos servirán para apuntalar salarios o para mejorar los despidos.

COMITÉ. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, presidirá el comité que deberá analizar los planes de reconversión presentados por empresas.
COMITÉ. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, presidirá el comité que deberá analizar los planes de reconversión presentados por empresas.
El Estado pagará parte de las indemnizaciones de los trabajadores despedidos por la apertura de las importaciones. Lo hará a través del Programa Nacional de Transformación Productiva, que firmarán hoy los ministerios de Producción y Trabajo, y que estará orientado a las industrias más sensibles a la competencia con productos del extranjero, como las fábricas de computadoras ante la inminente baja de aranceles. El plan habilitará un complemento indemnizatorio o bien el pago de una parte del salario con fondos públicos para los operarios que pudiesen ser reinsertados en otras fábricas como parte del mismo esquema.

El plan surgió al calor de la baja arancelaria y fue pensado originalmente para Tierra del Fuego, en donde funciona la mayoría de las terminales electrónicas que ensamblan productos tecnológicos, pero el Gobierno decidió que su aplicación podrá concretarse en cualquier lugar del país, sobre segmentos de la industria necesitados de una reconversión. Los funcionarios a cargo de su elaboración pusieron como ejemplo, además de las computadoras, las empresas que producen bolsas de plástico que deberán hacer frente a la baja de demanda de los supermercados una vez que se dejen de entregar al consumidor.

En el Ministerio de Trabajo lo definen como un "Repro vip", en alusión al Programa de Recuperación Productiva que creó el Gobierno anterior y que, todavía vigente, implica el desembolso de una cantidad variable de dinero por cada trabajador de una empresa en situación de crisis -previamente constatada con la exhibición de sus libros- para complementar sus salarios a cambio de una garantía de sostén de los puestos de empleo. Además de esa condición, el Programa de Transformación Productiva contendrá ítems relacionados con la capacitación para los trabajadores afectados y fondos para la diversificación de las empresas involucradas.

El punto más sensible del plan es la constitución de un bono equivalente, como máximo, al salario mínimo, vital y móvil (hoy en $7.560) que el Estado pagará a cada trabajador de acuerdo a su destino final. Si se trata de un despedido por una compañía imposibilitada de reconvertirse por la competencia extranjera, el bono tendrá una duración máxima de seis meses y operará como complemento indemnizatorio, con el propósito alegado de darle más herramientas al afectado para reinsertarse en el mercado laboral. Pero también podrá aplicarse el bono como complemento salarial para los trabajadores derivados a una "compañía dinámica", es decir en proceso de reconversión. Será, de ese modo, un ahorro para el nuevo empleador.

En el Gobierno precisaron que el plan constará de cinco puntos: por un lado habrá créditos destinados a las empresas inscriptas -y aprobadas- en un registro para ingresar en una etapa de transformación productiva. Por otro, asesoramiento técnico y de management a cargo del Estado. Los restantes ítems estarán orientados a los trabajadores. El tercero serán los bonos (indemnizatorios o salariales, de acuerdo al caso). El cuarto serán módulos de capacitación para reinserción laboral, tanto en una nueva compañía o bien en la misma a cargo de nuevas tareas. Por último, los trabajadores que adoptasen esos módulos podrán tener certificaciones de sus habilidades adquiridas para incorporarlos a sus historiales laborales.

Para aplicar al nuevo programa se creará un comité, liderado por el Ministerio de Producción, a cargo de Francisco Cabrera, y con la participación de la cartera laboral y de la Agencia Nacional de Inversiones, entre otras áreas de Gobierno, que analizará cada proyecto y tendrá la responsabilidad de aprobarlos, con el destino de presupuesto para cada caso. Hasta anoche no estaba definido el monto total a derivar para el plan. En Trabajo se entusiasmaron al señalar que entre los postulados figura la posible creación de 14 mil nuevos puestos de trabajo como parte del programa.

Los funcionarios que participaron en el armado del plan dijeron haberlo hecho en consulta permanente con los gremios más golpeados por las bajas laborales de los últimos meses, así como las previstas con una mayor apertura de las importaciones de productos tecnológicos. En particular, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Asociación Obrera Textil, el sindicato del Plástico y otros de las ramas industriales.

De todos modos, en los considerandos del programa se menciona que habrá ayudas para las compañías con chances de ser reconvertidas, lo que promete generar preocupación en las no aludidas. "Empresas que necesitan orientar su producción hacia actividades más dinámicas, con demanda y potencial de crecimiento genuinos que les permitan ser sustentables y competitivas a largo plazo, crecer y crear empleo de calidad. Para cumplir con este objetivo, el Estado brindará asistencia técnica, financiamiento y un fondo de garantías", señala uno de los artículos del plan al que tuvo acceso este diario.

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