28 de mayo 2018 - 23:16

Temer cede a los camioneros y reduce el precio del combustible

La medida regirá por 60 días y se anunció luego de que los petroleros confirmaran un paro de 72 horas para exigir la renuncia del titular de Petrobras.

Emergencia. Así se veía ayer una estación de servicio en la ciudad de Luziania debido a la falta de combustibles. El Gobierno de Michel Temer busca desactivar la protesta de camioneros con ayuda del Ejército.
Emergencia. Así se veía ayer una estación de servicio en la ciudad de Luziania debido a la falta de combustibles. El Gobierno de Michel Temer busca desactivar la protesta de camioneros con ayuda del Ejército.
Río de Janeiro - Tras siete días de huelga de camioneros, con grave desabastecimiento como consecuencia, el presidente brasileño Michel Temer anunció al cierre de esta edición una reducción en el precio de diesel, el principal disparador de las protestas. La medida tendrá una vigencia de 60 días.

En un inesperado mensaje, anoche el presidente Temer cedió a los reclamos de los camioneros y anunció una baja de 0,46 reales en el precio del diesel por 60 días. "Vamos a pagar esa diferencia de costo sin ningún perjuicio para Petrobras", dijo en un mensaje.

La medida es más generosa que la oferta de reducir el 10% (alrededor de 0,38 reales) durante 30 días, que había anunciado el jueves pasado, antes de que se precipitara la escasez de alimentos y de combustibles en las principales ciudades de Brasil.

"Hemos recibido testimonios chocantes sobre falta en el área de salud y de insumos médicos", contó el mandatario sobre las consecuencias de siete días de paro de camiones y bloqueos en las rutas y puertos del país. "Millones de animales perecerán, no habrá cómo enterrarlos", agregó.

"Estoy sensibilizando a los camioneros, comprendo sus naturales angustias, tomamos estas medidas a través del diálogo y la autoridad", subrayó Temer.

El mandatario anunció, además, que los camioneros tendrán el 30% de los fletes de la Conab (Compañía Nacional de Abastecimiento) y que se establecerá una tabla de precio mínimo de flete, informó la prensa brasileña.

El pronunciamiento se Temer ocurrió horas después de que el sindicato de trabajadores petroleros de Brasil declarara una huelga por 72 horas a partir del próximo miércoles para exigir la renuncia del presidente de Petrobras, Pedro Parente, y el retiro de las Fuerzas Armadas de las refinerías de la compañía estatal de petróleo, principal eje de la crisis por aumento del gasoil que fue el disparador de la paralización de los camioneros.

La Federación Única de Petroleros (FUP) anunció en un comunicado que pedirá el cese de los aumentos en los combustibles y en la garrafa de gas, cuyos precios fueron liberalizados por la gestión de Parente, un hombre de confianza del expresidente Fernando Henrique Cardoso y de Temer.

"La actual política de reajuste de los derivados del petróleo, que hizo que se dispararan los precios, generó una crisis sin precedente y forma parte del mayor desmonte de la historia hecha hacia Petrobras. Los culpables son Parente y Temer", dice la nota del sindicato.

En principio, tras el anuncio del mandatario, la huelga se mantenía.

El sábado Temer había firmado un decreto que autorizaba la confiscación de camiones para retirarlos del costado de las rutas y aplicó multas millonarias para las empresas transportistas, en el marco de una investigación contra 37 empresarios por llevar adelante un "lock out" patronal y no apenas una huelga de trabajadores.

Brasil aún enfrentaba ayer graves problemas de desabastecimiento, aunque el Gobierno afirmaba que el país está "en camino a la normalización".

Para tratar de limitar los daños, las autoridades comenzaron el viernes a escoltar a camiones-cisterna para acceder a las refinerías, luego de que Temer autorizara el despliegue de las fuerzas de seguridad, incluido el Ejército, para despejar las rutas.

Según el último informe de la Policía federal de transporte, 586 rutas continuaban parcialmente bloqueadas en el país en la noche del sábado. Prácticamente todas las estaciones de servicio del país estaban sin combustible y los alimentos frescos están desaparecidos de las góndolas de los supermercados.

El tiempo apremia en este país que intenta salir de una crisis económica histórica, donde el 60% del transporte de mercaderías se realiza en camiones.

En los cinco primeros días de conflicto, la huelga costó unos 2.800 millones de dólares a la economía, según el diario Folha de S. Paulo, que copiló estimaciones de los principales sectores de actividad.

La prioridad es dada a aeropuertos, termoeléctricas, reanudándose el abastecimientos de insumos en centros de salud, donde la paralización afectó el sistema de traslados para trasplante de órganos.

La situación sigue siendo crítica en algunos aeropuertos: en 14 de ellos escasea el combustible. El de Brasilia recibió los primeros camiones-cisterna en la tarde del sábado, pero en la mañana de ayer ya habían sido anulados tres vuelos.

En tanto, en Río de Janeiro, el sistema BRT -buses articulados introducidos durante los Juegos Olímpicos de 2016 que transitan por carriles exclusivos- fue parcialmente interrumpido por falta de combustible.

En la mayorías de las grandes ciudades brasileñas, ayer funcionaban solamente servicios de emergencia de colectivos a fin de ahorrar combustible para hoy, cuando comience la semana laboral. Las universidades públicas ya anunciaron que hoy permanecerán cerradas.

Agencias Télam y AFP,

y Ámbito Financiero

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