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Temer cede a los camioneros y reduce el precio del combustible
La medida regirá por 60 días y se anunció luego de que los petroleros confirmaran un paro de 72 horas para exigir la renuncia del titular de Petrobras.
El mandatario anunció, además, que los camioneros tendrán el 30% de los fletes de la Conab (Compañía Nacional de Abastecimiento) y que se establecerá una tabla de precio mínimo de flete, informó la prensa brasileña.
El pronunciamiento se Temer ocurrió horas después de que el sindicato de trabajadores petroleros de Brasil declarara una huelga por 72 horas a partir del próximo miércoles para exigir la renuncia del presidente de Petrobras, Pedro Parente, y el retiro de las Fuerzas Armadas de las refinerías de la compañía estatal de petróleo, principal eje de la crisis por aumento del gasoil que fue el disparador de la paralización de los camioneros.
La Federación Única de Petroleros (FUP) anunció en un comunicado que pedirá el cese de los aumentos en los combustibles y en la garrafa de gas, cuyos precios fueron liberalizados por la gestión de Parente, un hombre de confianza del expresidente Fernando Henrique Cardoso y de Temer.
"La actual política de reajuste de los derivados del petróleo, que hizo que se dispararan los precios, generó una crisis sin precedente y forma parte del mayor desmonte de la historia hecha hacia Petrobras. Los culpables son Parente y Temer", dice la nota del sindicato.
En principio, tras el anuncio del mandatario, la huelga se mantenía.
El sábado Temer había firmado un decreto que autorizaba la confiscación de camiones para retirarlos del costado de las rutas y aplicó multas millonarias para las empresas transportistas, en el marco de una investigación contra 37 empresarios por llevar adelante un "lock out" patronal y no apenas una huelga de trabajadores.
Brasil aún enfrentaba ayer graves problemas de desabastecimiento, aunque el Gobierno afirmaba que el país está "en camino a la normalización".
Para tratar de limitar los daños, las autoridades comenzaron el viernes a escoltar a camiones-cisterna para acceder a las refinerías, luego de que Temer autorizara el despliegue de las fuerzas de seguridad, incluido el Ejército, para despejar las rutas.
Según el último informe de la Policía federal de transporte, 586 rutas continuaban parcialmente bloqueadas en el país en la noche del sábado. Prácticamente todas las estaciones de servicio del país estaban sin combustible y los alimentos frescos están desaparecidos de las góndolas de los supermercados.
El tiempo apremia en este país que intenta salir de una crisis económica histórica, donde el 60% del transporte de mercaderías se realiza en camiones.
En los cinco primeros días de conflicto, la huelga costó unos 2.800 millones de dólares a la economía, según el diario Folha de S. Paulo, que copiló estimaciones de los principales sectores de actividad.
La prioridad es dada a aeropuertos, termoeléctricas, reanudándose el abastecimientos de insumos en centros de salud, donde la paralización afectó el sistema de traslados para trasplante de órganos.
La situación sigue siendo crítica en algunos aeropuertos: en 14 de ellos escasea el combustible. El de Brasilia recibió los primeros camiones-cisterna en la tarde del sábado, pero en la mañana de ayer ya habían sido anulados tres vuelos.
En tanto, en Río de Janeiro, el sistema BRT -buses articulados introducidos durante los Juegos Olímpicos de 2016 que transitan por carriles exclusivos- fue parcialmente interrumpido por falta de combustible.
En la mayorías de las grandes ciudades brasileñas, ayer funcionaban solamente servicios de emergencia de colectivos a fin de ahorrar combustible para hoy, cuando comience la semana laboral. Las universidades públicas ya anunciaron que hoy permanecerán cerradas.
Agencias Télam y AFP, y Ámbito Financiero |
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