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“Un poco de inflación no hace mal” (Moyano, como Alfonsín)
Fue en una reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo en Diputados, que preside Héctor Recalde. Allí el camionero no sólo defendió el proceso inflacionario sino -sobre todo- el controvertido proyecto de ley que propone distribuir utilidades que según los empresarios en la práctica instauraría un régimen de cogestión patronal-sindical.
En el marco de la apertura del debate convocado en Diputados, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) presentó ayer un proyecto alternativo sobre el tema. Entre las condiciones de aplicación prevé que las partes signatarias de los convenios colectivos deberán negociar la forma de participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas y que las micro y medianas empresas no sean obligadas a cumplir con la norma.
El líder camionero atribuyó la ausencia en el encuentro de entidades empresariales al hecho de que «a los empresarios no les gusta este proyecto porque les toca la víscera más sensible: el bolsillo».
En su larga exposición de ayer, Moyano sostuvo que los empresarios sólo tienen a los trabajadores como «socios en las pérdidas, así que sería lógico que también lo sean cuando hay ganancias». Los empresarios dicen no oponerse a repartir parte de las utilidades obtenidas entre sus empleados, pero sí a abrir sus libros al control sindical, por razones que van desde el posible surgimiento de una «industria del juicio comercial» a la venta de secretos industriales.
«Para los empresarios, en la mala el trabajador es socio, pero cuando la empresa anda bien no los tienen en cuenta; y por una cuestión de sentido común tendrían que participarlos de las ganancias», agregó Moyano. Los empresarios responden que esa participación debe pactarse en el marco de las paritarias, y no hace falta una ley como la propuesta por el tándem Moyano-Recalde para ponerlo en marcha.
No acudieron al encuentro representantes de la Unión Industrial, la Sociedad Rural, la Bolsa, la Cámara Argentina de Comercio ni de la Construcción.
En cambio sí lo hicieron dirigentes de las dos corrientes en las que está dividida la CTA (de los que Moyano dijo que «no es el momento para discutir la apertura de una segunda central de trabajadores») y diputados del FpV. Todos ellos expresaron su apoyo irrestricto a la iniciativa.
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