27 de marzo 2017 - 00:11

Un triunfo regional de Merkel enfrió el temido “efecto Martin Schulz”

La elección en ese “land” fue una previa de las generales de septiembre próximo, en las que el socialdemócrata buscará desbancar a la canciller.

Proyección. Annegret Kramp-Karrembauer, vencedora de ayer en Sarre, es para muchos una futura candidata a canciller alemana.
Proyección. Annegret Kramp-Karrembauer, vencedora de ayer en Sarre, es para muchos una futura candidata a canciller alemana.
Especial desde Berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, superó ayer la primera prueba en las urnas hacia las elecciones generales de septiembre luego de que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), conservara con un respaldo abrumador el poder en el estado federado de Sarre. El resultado implicó un baño de realidad para el Partido Social Demócrata (SPD) que, tras el lanzamiento de la candidatura del expresidente del Parlamento Europeo Martin Schulz, recibía con euforia los resultados de los sondeos.

Los comicios en esa región de un millón de habitantes merecieron pocos titulares en anteriores ocasiones, pero las encuestas previas habían calentado el ambiente y otorgaban un empate técnico entre las dos agrupaciones, socias en la coalición gubernamental, pero rivales para septiembre. Sin embargo, la oficialista CDU lograba el 40,7% de los votos, cinco puntos más que en los comicios de 2012, mientras que el SPD obtenía un 29%, un punto menos. Es precisamente por ese interés que la participación en las regionales de Sarre fue de un 70%, casi diez puntos por encima de la contienda anterior.

La diferencia de diez puntos porcentuales dejó ayer dos conclusiones: el carácter inoxidable de la CDU de Merkel tras doce años consecutivos en el poder nacional -18 en este "land", o estado federado-, y lo desacertado de las encuestas que durante las últimas semanas habían alimentado el "efecto Schulz".

Este triunfo es un espaldarazo para la reelecta primera ministra regional, Annegret Kramp-Karrembauer, una política muy valorada por Merkel y con mayor proyección dentro de la CDU, un crecimiento que lleva a muchos a vaticinar que se convertirá en algún momento en una apuesta fuerte para ocupar la Cancillería.

Transcurrida una semana desde su proclamación como candidato a destronar a Merkel, Schulz intentó ayer no mostrarse abatido durante declaraciones a la prensa local. "El que no hayamos conseguido nuestro objetivo no significa que no lo vayamos a hacer. Nuestro objetivo es cambiar el Gobierno federal. Es una carrera larga, no un sprint", remarcó.

Esta carrera hacia las elecciones de septiembre tendrá otras dos pruebas: los comicios de mayo en los estados de Schleswig-Holstein y de Renania del Norte-Westfalia.

Pero pese al resultado, Franco Delle Donne, consultor en Comunicación Política y doctorando en la misma disciplina de la Freie UniversitTMt de Berlín, afirmó que "no hay que apurarse" en subestimar al "efecto Schulz".

"El candidato socialdemócrata tiene varias ventajas con respecto a Merkel y con respecto al resto de los líderes de su partido. Por un lado, su biografía encarna los valores socialdemócratas: Schulz supo caer y levantarse (ndr: no concluyó el colegio secundario y superó el alcoholismo). Él es la evidencia que sostiene su discurso. Su historia lo hace acreedor de una capacidad especial para empatizar con la gente, en especial con el votante promedio del SPD", dijo el experto a Ámbito Financiero.

"La etapa de oro de la socialdemocracia ha pasado y el SPD todavía está en búsqueda de su futuro como partido nacional. La excepción es Schulz, quien intenta revitalizar a su agrupación con la idea de la justicia social", opinó, por su parte, Gero Neugebauer, exprofesor del Instituto Otto Suhr y especialista en el SPD.

La competencia entre los dos pesos pesados de la política alemana perjudicó a los partidos más pequeños como La Izquierda, que terminó un 12,9% -tres puntos menos que en la elección anterior- y a los Verdes, que quedaron afuera de la cámara.

La xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) cosechó el 6,2% del apoyo y logró posicionarse con tres bancas dentro del recinto, el undécimo que integra sobre un total de 16.

Aunque su "victoria" fue agridulce -a fines de 2016 tenía el 15% de las intenciones de voto-, todo apunta a que los políticos negacionistas lograrán hacer pie en el Bundestag tras las elecciones de septiembre y se convertirán en la primera agrupación de ese calibre en alcanzar una posición política tan alta desde la Segunda Guerra Mundial.

(*) Especial desde Alemania.

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