21 de septiembre 2020 - 00:00

El nuevo mercado de gas en Brasil, una gran oportunidad de negocios

Frente a la estrategia del gobierno de transformar la matriz energética de Brasil, apalancado del surgimiento de nuevos yacimientos de gas offshore, es que surge la urgencia de la aprobación de la Nueva Ley de Gas (PL6407/13). La nueva Ley abre el mercado haciéndolo más atractivo.

Gas
Télam

La reciente confirmación de Petrobras de las enormes reservas de gas natural en aguas profundas frente a las costas de Sergipe, el mayor descubrimiento desde el presal, podría ayudar a la industria a consolidarse como uno de los vectores de crecimiento económico en los próximos años y favorecer los planes del presidente Bolsonaro para lograr el abaratamiento del gas natural para las industrias.

La exploración en Sergipe no es nueva, pero las áreas de Cumbe, Barra, Farfán, Muriú, Moita Bonita y Poço Verde, a 80 km de Aracajú, con la confirmación del alcance de la acumulación de gas en Moita Bonita y Farfán abre una perspectiva importante para el sector en la región. Se cree que los ingresos anuales pueden llegar a R$7 mil millones cuando la producción esté madura, a los precios actuales de los combustibles, la estimación es de 20 millones de metros cúbicos de gas por día, un tercio de la producción actual en el país y más que todo el gas importado de Bolivia.

Frente a la estrategia del gobierno de transformar la matriz energética de Brasil, apalancado del surgimiento de nuevos yacimientos de gas offshore, es que surge la urgencia de la aprobación de la Nueva Ley de Gas (PL6407/13). El gobierno busca con este proyecto, que será aprobado en el Senado durante el mes próximo, modernizar el mercado del gas en Brasil, y poder dar respuesta a las demandas de la sociedad y del sector productivo con precios que reflejan un mercado abierto y competitivo. La actual estructura de mercado es vertical y altamente concentrada -cuasi monopólica- lo que impide un funcionamiento eficiente y provoca que los precios resultantes sean 2-3 veces más altos que los precios internacionales.

La aprobación del nuevo marco regulatorio es esencial porque el gas natural del presal creará condiciones sin precedentes para el desarrollo del sector en Brasil, donde su destino – sea reinyección, exportación o uso en el mercado interno - dependerá de las decisiones que se tomen a corto y mediano plazo, que se basarán en el nuevo marco regulatorio del gas natural.

La legislación actual impide el acceso al mercado y transfiere rentas de monopolio a unos pocos; la nueva Ley abre el mercado haciéndolo más atractivo: cambia los términos de la ecuación riesgo-rentabilidad de productores, transportistas, distribuidores y comercializadores, ya sea para actuales o nuevos jugadores en el mercado, y al hacerlo promueve la inversión para satisfacer un mercado interno que históricamente estuvo deprimido tanto para el gas natural como para el GLP.

Los mercados del GN y GLP en Brasil se caracterizan de hecho por una alta concentración y verticalización, en los tres eslabones de la cadena productiva: exploración y producción; transporte; y distribución y comercialización. Petrobras, actor dominante en ambas cadenas productivas, opera prácticamente toda la infraestructura del sector, apoyado en un entorno regulatorio que no previene abusos de poder de mercado, constituyendo importantes barreras a la entrada de nuevos agentes. Entre las barreras, se destacan las infraestructuras esenciales, que son activos fijos necesarios para la cadena productiva y controlada principalmente por la empresa estatal. En gas natural, el control de la empresa estatal se extiende desde los ductos del presal, pasando por las unidades de procesamiento de gas natural (UPGN), terminales de regasificación (incurriendo en control de importación), transporte y distribución. En el GLP, el control de Petrobras es a través de refinerías de petróleo: 13 de 17 son controladas por la empresa estatal, siendo que las refinerías privadas no lo producen. Mientras que la producción y las importaciones son realizadas casi estrictamente por Petrobras, la distribución la realizan empresas insertadas en un mercado altamente concentrado: 4 de los 19 distribuidores poseen 83,4% de la participación de mercado, operando en 23 de los 27 estados brasileños, lo que históricamente permitió la formación de precios a nivel regional no competitivos.

La Nueva Ley de Gas permitirá la expansión del mercado mediante la eliminación o mitigación de barreras de dos tipos principales: regulatorias y técnicas. En el ámbito técnico, se establece el libre acceso de terceros a las infraestructuras esenciales, fomentando tanto la entrada de nuevos agentes como la importación de GNL. Este cambio resultará en una expansión del suministro de gas a través del acceso a terminales de regasificación y Unidades de Procesamiento de Gas Natural (UPGN).

Con respecto a las barreras regulatorias, la Ley trae una mejora normativa dirigida a la desagregación, con el objetivo de reducir el poder de mercado y evitar la formación de nuevos monopolios (a nivel regional). Se instituye una prohibición a los agentes que actúan en diferentes eslabones de la cadena para ejercer poder sobre el directorio o representación legal de empresas de distribución y transporte. En la práctica, la medida evita que los distribuidores y los operadores influyan en la formación de precios, transmitiendo precios no competitivos a los consumidores.

Adicionalmente, se institucionaliza el modelo de contratación de transporte por ingreso y salida (permitiendo la contratación independiente) y la integración de la red de gasoductos, obligando a los transportistas a permitir la interconexión de otras instalaciones. De esa manera, se elimina una barrera de entrada significativa para los agentes interesados en el transporte de gas. En la práctica, surgen modelos de contrato por capacidad de transporte, cesión y comercialización de carga, esto significa mayor oferta y más competencia, evitando que monopolios regionales capturen más de una actividad en la cadena de valor. También está el cambio de régimen de concesión a uno de autorización creándose la figura del gestor del área de mercado transfiriendo la responsabilidad de inversión y coordinación del Estado al privado. Los cambios proporcionados por la ley crean un entorno regulatorio que incentiva la entrada de nuevos agentes y reduce los precios: para el GLP por ejemplo, significará revertir la posición de importador neto a exportador. La reducción del precio del GLP, por tanto, significa ampliar su acceso a los 14 millones de familias que hoy utilizan leña, aumentando su poder adquisitivo en una magnitud equivalente a un Incremento del 51,2% en el monto mínimo de Bolsa Familia. Ya para los segmentos industriales intensivos en energía, se estima que triplicará el consumo de gas para 2030 por el aumento de la oferta y baja de costos.

Como resultado de este cambio profundo en el mercado del gas en Brasil, se observa por ejemplo la previsión de inversiones en la industria del gas natural contenida en el Plan de Expansión de Energía Eléctrica a 10 años referidas a 21 proyectos de infraestructuras y transporte (u$s6 mil millones) y 6 proyectos de regasificación de gas natural (u$s2,5 mil millones) en este período. Ya el informe del Comité de Promoción de la Competencia en el Mercado Brasileño de Gas Natural con estimaciones de la Fundação Getúlio Vargas, al igual que la CNI y FIRJAN, cuya lista de beneficios incluye una mayor industrialización anclada en inversiones que sumarían u$s60 mil millones durante diez años y más de 1 millón de nuevos empleos. Se estiman por iniciativa privada inversiones en infraestructura y transporte por u$s7 mil millones, en instalaciones de regasificación cerca de u$s2 mil millones y en la industria de fertilizantes y derivados del gas otros u$s8 mil millones adicionales. Durante este período, la reducción de los precios mayoristas del gas natural alcanzaría valores entre u$s6.0 y u$s8.00 / MMBtu, lo que representa una baja del 50% aproximadamente.

Dejá tu comentario

Te puede interesar