6 de febrero 2024 - 12:10

Camila Fabbri sobre las mujeres de más de 30: un laberinto a atravesar

Diálogo con la celebrada narradora y cineasta que acaba de presentar la novela "La reina del baile", cuya protagonista debe enfrentar de buenas a primeras la soledad a una edad crítica.

“El contexto hace que la energía creativa quede reducida a cero, hace difícil pensar en proyectos artísticos, culturales”, dice Camila Fabbri, autora de “La reina del baile” (Anagrama). Finalista del Premio Herralde de Novela, que viene de hacer una gira de presentación por España, donde antes acompañó su película “Clara se pierde en el bosque” en el Festival de Cine de San Sebastián. En 2021 la revista Granta la eligió por “Los accidentes”, su opera prima, como “una de las mejores escritoras menores de 35 años de lengua española”. Hoy es una narradora de prestigio internacional. Dialogamos con ella.

Periodista: ¿” La reina del baile” es en el fondo una historia de amor o de desamor?

Camila Fabbri.: No quisiera ponerla en un género. Por lo pronto no es una novela de desamor, eso es anecdótico, apenas un punto de partida. Para mí tiene que ver con algo más generacional, en cómo debe ser una mujer soltera a determinada edad, en determinado contexto. Habla de la amistad y de la soledad. Son muchas las cosas en la coctelera de Paulina, una mujer que atraviesa una ruptura sentimental que le rompe una estructura muy definida de su vida, y hace que le surjan preguntas: cómo se sigue, que viene a continuación, cómo se maneja la soledad. Preguntas que, a partir de cierta edad, más o menos los treinta avanzados, aparecen con otra insistencia que la que tienen cuando se es más joven. La pregunta sobre la maternidad se reitera de manera muy fuerte y reclama decisiones. Se vuelve un drama. Hoy hay muchas que recién a los treintaypico resuelven ser madres. El final de la relación que le plantea Felipe, su pareja, es importante, pero no lo fundamental, hay en Paulina muchas otras cosas.

P.: ¿El choque que da vuelta su auto le hace ver como tiene dada vuelta su vida?

C.F.: Ese accidente lleva a Paulina a tomar conciencia de que su vida está patas para arriba. A partir de ese golpe comienza a mirar las cosas de otro modo. Siempre con ese tamiz muy de ella, que la vuelve bastante cínica, con cierta cosa muy oscura, muy lúgubre. A partir de ese momento crucial comienza a ver posibilidades. Empieza a salir de ese mundo gris, a ver las cosas y la gente hasta con cierta ironía como cuando, entre otras, está en la sala de espera de la ginecóloga, en su primera cita a ciegas,

P.: ¿Por qué le puso “La reina del baile”? Título del episodio de la cita con un hombre mayor, con el que no baila y termina a las arcadas

C.F.: Es la ironía, una especie de gag. Paulina está en el lado opuesto de lo que sería una mujer reina de la pista de baile. En la tapa de mi libro de cuentos “Estamos a salvo” está la maestra McAuliffe mirando una prueba del Challenger, donde había sido seleccionada por la NASA para realizar el viaje inaugural al espacio y que explotó apenas emprendió el vuelo.

P.: ¿Paulina tiene una necesidad femenina de contarse?

C.F.: La historia tiene muchas aristas. Si bien la novela está relacionada con lo femenino quise apartarme del cliché. Hay una mirada sesgada de lo femenino. En la novela trato de correrme de ese lugar, de pensar que la mujer necesita contarse, que tiene esa necesidad y no es así, Si fuera un personaje masculino hubiera hecho exactamente lo mismo. He escrito historias de personajes masculinos que cuentan su historia y con lujo de detalles.

P.: ¿Por qué el accidente es un tema presente en sus libros, obras de teatro y en su película “Clara se pierde en el bosque”?

C.F.: Es una tónica que recorre la obra que voy construyendo y aparece gente en peligro, ante un caos inminente. Probablemente pueda estar relacionado con una situación fundacional: la tragedia de Cromañón cuando era muy chica. Un hecho fundamental para mi generación. Acaso eso haga que mi imaginación vaya para ese lado. Todos los artistas, escritores, cineastas, dramaturgos tenemos un lado obsesivo, algo que vuelve y de lo que estamos hablando todo el tiempo, de diversos modos, con distintas formas y entonaciones. Cada uno tiene la suya. Creo que la mía por ahí va por poner a los personajes en peligro, hablar del peligro, que es estar en peligro, que estar ante él y qué es solo imaginarlo.

P.: ¿Qué Paulina mezcle lo que recuerda con lo que está viviendo le sirvió para encadenar anécdotas y personajes que profundizan la historia?

C.F.: Me gustan esas historias que son dos historias, que a veces vienen de personajes ya conocidos o nuevos, y a veces tienen que ver con tiempos que de pronto se relacionan. Cuando me puse a escribir la novela me di cuenta que tenía que saber cómo Paulina había llegado a esa situación, y ahí inauguró su pasado. Un pasado que cada tanto era interrumpido por el presente. Pensé que era una hazaña, ahora se que naturalmente tenía que ir por ahí.

P.: ¿Considera que luego de libros de cuentos, teatro y guiones y una novela de no ficción, con “La reina del baile” finalmente llegó a novelista?

C.F.: Novelista era algo que estaba al caer. Sigo siendo una escritora, y todo lo que hice forma parte de una línea del tiempo y del trabajo. Más allá de que forme parte de la carrera de una artista, forma parte del trabajo. Hay mucho vínculo entre crear y subsistir en Argentina. La novela era algo que iba a suceder. Todo forma parte del oficio de escribir. La película fue una propuesta de trabajo de un productor que me propuso escribir un guión, y eventualmente dirigirlo, me sentí cómoda con esa posibilidad porque dirijo teatro, y he trabajado con actores y actrices. La película no es la de una cineasta, es la de una escritora que puede hacer cine.

P.: ¿Sigue con su libro sobre Charly García?

C.F.: Sigo, muy lentamente, es algo que está ahí un poco latente.

P.: ¿Algún proyecto en teatro?

C.F.: Por ahora no, está bastante poco amable el contexto como para hacer teatro. La energía queda reducida a cero.

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