26 de septiembre 2008 - 00:00
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Renée Fleming en «Capriccio» de
Strauss, con el elogiado vestido de
John Galiano para Dior.
La Gala consistió de tres fragmentos de óperas, de representación completa: «La Traviata» de Verdi (actos II y III), luego el tercer acto de «Manon» de Massenet y finalmente la escena final de «Capriccio», de Richard Strauss. O sea que Fleming cantó en italiano, francés y alemán. «La Traviata» con Ramón Vargas y Thomas Hampson: fue la menos lograda versión. James Levine, repuesto tras su operación, dirigió con elegancia, pero Vargas no da un Alfredo a la altura de las exigencias; Hampson fue distinguido pero envarado, y a ella le cuesta sentirse como la «grande horizontal» que fue la desventurada Violetta Valery. Zefirelli, fiel a su lema «Nada es mucho» atiborró el tercer acto de colores violentos, figurantes y bailarines. Aun así, impactó.
«Manon» tuvo mejor suerte: naturalmente, Fleming renació, pudo lucir con descaro sus gorjeos en el «Cours La Reine», y sedujo con ardor al pobre Vargas, quien volvió a esforzarse con entusiasmo. Lo mejor de la noche fue, sin duda alguna, el largo monólogo de la Condesa en el final de «Capriccio»: Fleming, ahora sí en un medio vocal y espiritual que le es afín, tradujo con exquisitez cada nota de Richard Strauss, actuó con mínimo esfuerzo -como lo pide la obra- y dejó que sólo la magia de la música llenara la sala. Los otros dos directores de orquesta fueron Marco Amiliato para «Manon» y Patrick Summers para «Capriccio».
Una nota frívola, pero que entretuvo sobremanera la atención femenina, fue que el vestuario de Renée Fleming fue encargado a tres diseñadores de renombre: Christian Lacroix, Karl Lagerfeld y John Galiano para Dior en «Capriccio»: este último declarado unánimemente el mejor. La función que comenzó a las 19 concluyó a las 23:30. A esas horas en Nueva York algunos melómanos pudieron asistir a una cena especial, a razón de 100.000 dólares la mesa de 10 cubiertos. En Buenos Aires no existió tentación similar.
Se criticó mucho el precio elevado de las entradas, superior a los 22 dólares que cuesta en Estados Unidos. La directora del 25 de Mayo informó que han obtenido autorización del Met para grabar el programa y retransmitirlo, sin concretar fechas, a precios más acordes para la Argentina: 10 y 5 pesos. El programa completo incluye diez óperas, los sábados a la tarde: la próxima será «Salomé» de Richard Strauss con Karita Mattila, el sábado 11 de octubre a las 15.
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