Quien conozca la historia del perro japonés Hachiko, que tiene un monumento en la estación de Shibuya, Tokio, o haya visto “Hachiko monogatari”, de Seijiro Koyama, con Tatsuya Nakadai, o “Hachi: A Dog’s Tale”, de Lasse Hallstrom, con Richard Gere, que aquí se llamó “Siempre a tu lado”, sabe que no puede haber un “Hachiko 2”, a menos que el animal resucite.
El cine chino rinde homenaje a un famoso perro japonés
La historia de Hachiko, ya contada por los japoneses y por Lasse Hallstrom en una película con Richard Gere, fue realizada ahora por el director Xu Ang, con emoción y sin sensiblerías
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Pero la remake china que ahora vemos tomó ese nombre para su venta internacional, y alguien de por aquí le agregó el 2 y el “Siempre a tu lado”. En fin, son cosas que pasan. Lo bueno es que la versión china está a la altura de las anteriores, es decir, tiene una emoción honesta, un tono calmo, sentimental, nunca sensiblero, momentos memorables, música placentera, buen director y buenos intérpretes. A la cabeza, Jugang Bai, la más conocida Joan Chen, y el perro.
Por supuesto, hay variantes. El animal no se llama Achiko sino Batong, no es de raza akita inu sino pastor chino, y no espera a su dueño en la estación de tren, sino a la entrada del teleférico de la ciudad de Chongquing. Precisamente, el grueso de la historia se ambienta a comienzos de este siglo, cuando la gente debía cruzar el río Yangtsé en teleférico. Eso queda hoy para los turistas, porque se han construido enormes puentes.
La ciudad es distinta, más moderna y enorme, y el dueño del perro ya se imaginaba esos cambios con cierta tristeza. Se lamenta acá la muerte de los seres queridos, pero también la brusca evolución urbanística de la sociedad china. Y se agrega, eso sí, un poco más de atención a las relaciones familiares, a diferencia de las versiones anteriores, ceñidas ambas al guión del maestro Kaneto Shindo.
Otros cambios, cabe esperar que hayan ocurrido, porque en cierta escena ambientada en aquel tiempo no tan lejano el hombre debe salir desesperado en busca del animalito que la mujer entregó a una puestera del mercado. En “Kuma-Ching” Luis Sandrini entra a una fonda de mala muerte, entra también un perro callejero, él lo acaricia y el mozo se acerca: “¿Le gusta el perro, señor? Enseguida se lo preparo”. Es una comedia, y el perro se salva. Acá también, pero no es comedia, sino un suave melodrama con algunas sonrisas y una dulce tristeza. Predomina la ternura, y más aún la obligación de tener un pañuelo a mano. O una caja de pañuelos.
Director, Xu Ang, que antes hizo un remake de “Doce hombres en pugna” bautizada “Shier ge gongmin”, Doce ciudadanos. En la que vemos actuaron cuatro perros de distintas edades, con un total de quince dobles, por las dudas. Pero en la de Hallstrom actuaron solo tres. El mismo lo contó años atrás en San Sebastián: “Teníamos tres. Uno que sabía clavar la mirada y quedarse quieto para las tomas. Otro, que saltaba y se mostraba cariñoso. Y el tercero se hacía el viejo. Tras seis meses de entrenamiento, su dueño le decía “Hacé de viejo” y el perro caminaba muy triste y como si le dolieran los huesos. ¡Un verdadero actor!”
“Hachiko 2. Siempre a tu lado” (Hachiko, China, 2023); Dir.: Xu Ang; Int.: Jugang Bai, Joan Chen, Xiaogang Feng.
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