En 2001 Matilde Marín inició una investigación basada en fotografías de medios gráficos en las que el humo era protagonista, un “work in progress” que culmina con su muestra actual en galería Del Infinito. Son testimonios fotográficos en un excelente montaje que replican las portadas de los diarios dedicadas a noticias, en general de carácter trágico, y que atraviesan diferentes épocas; desastres ambientales, pruebas nucleares, incendios provocados como el de Amazonia y otras regiones, volcanes en erupción, guerras, el uso del napalm en Vietnam, el incendio de la Casa de la Moneda en Chile en 1973 y su trágico trasfondo político, lo que muestra al hombre detrás de muchos hechos criminales y, a su vez, arrasado por estas catástrofes.
Marín: cuando el humo es el protagonista
Desde hace casi dos décadas explora en su significación trágica o ritual, que va mutando de significados a lo largo de las épocas y las representaciones.
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Muchos de estos hechos se registraron fotográficamente por Marín en un libro de artista publicado en 2012, “Cuando divise el humo azul de Itaca”. Están el humo y los dioses, el humo en la épica antigua, los humos mortales del Vesubio, los humos y la revolución industrial, los humos románticos en la Pampa a través de “La Cautiva” de Esteban Echeverría, en Shakespeare, y también el humo de Auschwitz.
En 2016 Marín realizó un video que presentó en ArteBA sobre la implosión de la fábrica 53 de la EastmanKodak Company, lo que marcó el fin de una era, y que también fue presentado en su importante muestra antológica de la Fundación OSDE en 2017. Recientemente muchos de estos registros fueron exhibidos en la XIII Bienal de La Habana, entre otros, la polución desencadenada de CO2 en la central eléctrica de Belchatow en Polonia, la explosión nuclear de 1971 en la Polinesia, los incendios en el Peloponeso en 2007, o el reciente en Notre Dame.
Estas representaciones de la artista están relacionadas con algunas definiciones de Leonardo Da Vinci sobre el humo. “Oscuro y transparente en los extremos de sus volutas, tienen los humos tantos colores como cuantas son las variedades de las cosas que los engendran.”
La palabra azul del título del libro, que refiere al regreso de Odiseo, no está en la versión original, pero le da un halo poético ante tanta destrucción y por qué no pensar también en el sacrificio, utilizado en las grandes religiones, actos sagrados que implicaban sanación.
Como es habitual en todas las presentaciones de esta artista de vasta trayectoria, se nota su gran profesionalismo, la hondura de su pensamiento para abordar distintas disciplinas, desde su desplazamiento del grabado a la fotografía al video, con una mirada personal en la que los viajes han ocupado un lugar preponderante así como las referencias literarias, los cuestionamientos acerca del papel del arte en la sociedad, su “diálogo” con los grandes maestros del arte, sin estridencias, siempre en clave silenciosa. Clausura en noviembre (Av. Quintana 325 PB.)
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