Sandra Bullock es la mujer cuyos sueños empiezan a interferir con la realidad en un film digno
y respetable como desafío narrativo, pero parte de una ingenua premisa que no cierra.
«Premonición» ( Premonition, EE.UU., 2007, habl. en inglés). Dir.: M. Yapo. Int.: S. Bullock, J. McMahon, S. McClure, C. Taylor Burness, N. Long, K. Nelligan.
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Una extraña mezcla de terror, melodrama y thriller psicológico es la que intenta Sandra Bullock de la mano de un director alemán debutante en Hollywood con un film difícil. «Premonicion» es una de esas películas más raras y originales que realmente eficaces, y aunque pueda no conformar enteramente como producto, no deja de ser digna y respetable como desafío narrativo.
Los límites entre sueño y realidad son explorados a fondoen esta película. Sandra Bullock interpreta a un ama de casa que está teniendo una relación un poco fría con su marido ejecutivo súper ocupado, y se dedica enteramente a sus hijas y a mantener en orden su nueva e idílica casa en un bosque. Esto, hasta que tiene un sueño espantoso: su marido ha muerto en un accidente automovilístico, y la pesadilla no le ahorra todos los pequeños detalles que implican ocuparse del velorio, la familia, el funeral y otros trámites, con el mayor realismo.
Al alivio momentáneo de despertar y darse cuenta de que sólo había soñado, sigue una pesadilla mayor. En la vida real hay personas -como el policía que le avisó del accidente y al que ella nunca había visto-, que se le aparecen dándole un ominoso viso real a aquel sueño, que para colmo, se continúa en sueños sucesivos. La charla con un sacerdote da la clave: es un aviso sobre la pérdida de fe, y cómo recuperarla con estas premoniciones.
La premisa finalmente es tan compleja como ingenua, pero esto no invalida los esfuerzos del director Yapo por contar repetidas veces desde dos ángulos distintos -el real y el onírico- las mismas situaciones, sin confundir por completo al espectador ni dejar de darle sentido a una historia un tanto minimalista y no tan interesante como para semejante tour de force.
El hecho de que Sandra Bullock esté prácticamente en cada escena no ayuda a darle matices adicionales al film. En el correcto elenco sólo tiene lugar para cierto lucimiento el psiquiatra maldito Peter Stormare. La música y los aspectos estéticos son interesantes, pero no logran encontrarle la vuelta a este curioso film.
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