"Una historia de entonces" alude a un tiempo doloroso, cuando, precisamente, era imposible contar ciertas historias. Lo de «You are the one» alude a una canción de Cole Porter, y al último homenaje que alguien le brinda a su enamorada. Lo que este film cuenta, con ambas expresiones, es el modo en que la vida sigue, y los dolores se van volviendo una dulce tristeza.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
La acción transcurre hacia 1949, en la demorada posguerra española. Una mujer, que se ahoga en Madrid, huye de sus padres, a la casa de campo de su infancia. Esa mujer, dice una vieja muy aguda, «lleva un muerto pegado a su alma».
Otra de su misma edad, mientras, tiene un hombre en la resistencia de Asturias. Hace tres años que no lo ve, pero su instinto le dice que está vivo. Completan el reparto un maestrito de escuela, lleno de ilusiones («los sueños de un maestro de escuela son sueños de pobre», dice él mismo una noche), un cura que parece de lo peor y termina siendo excepcional, un amigo que llega una tarde, casi subrepticiamente, y un niño que va descubriendo el mundo a través del cine y de las pocas cosas que pueden contarle los mayores.
En el tono de exquisita y contenida melancolía que lo caracteriza, José Luis Garci brinda con estas criaturas un recuerdo de su propia infancia, una galería de paisajes marinos y lluviosos, una tocante Navidad, y una evocación de escritores que lo ayudaron a crecer (como De Amicis, Alfonso Sastre, Gómez Manrique, Pío Baroja), en aulas donde los retratos del generalísimo Franco y el general Primo de Ri-vera, «Mártir de la Falange», rodeaban el imprescindible Crucifijo.
Y rinde, por supuesto, homenaje al cine clásico norteamericano, no tanto en las cintas que -con años de atraso-pasan en el cine del pueblo (por ejemplo «Tú y yo», de su maestro Leo McCarey), sino en el propio estilo de su film: un mélo en precioso blanco y negro, calmo, de suaves movimientos de cámara, sutiles fundidos de planos generales, un libreto donde todo tiene razón de ser, unos personajes y momentos que llegan al corazón, y unos diálogos dignos de guardarse en la memoria.
Alguien puede considerar -está en su derecho-que esas son antiguallas y que el autor se repite, porque una carta en off pareciera tener el mismo esquema del monólogo final de «Solos en la madrugada». Hay gente así. Lo que no hay, es gente que filme tan bien como Garci ese tipo de obras, que dejan al público el alma satisfecha.
Renglón aparte para el fotógrafo Raúl Pérez Cubero (premio en Berlín por este trabajo), y para Juan Diego, en el papel del cura. Y un detalle: el título original es «You are the one (Una historia de entonces)». Pero, ya se sabe, el orden de los factores no altera el producto, o al menos no lo altera demasiado.
Dejá tu comentario