10 de septiembre 2025 - 08:08

Dólar en pausa: el Gobierno propone seis semanas para aprovechar tasas altas antes de la tormenta de octubre

Posoctubre, el panorama se complica. El resultado de las elecciones nacionales no solo definirá el equilibrio de poderes, sino también las proyecciones económicas futuras.

El impasse de seis semanas ofrece una ventana táctica para que inversores aprovechen las altas tasas antes de la incertidumbre electoral.

El impasse de seis semanas ofrece una ventana táctica para que inversores aprovechen las altas tasas antes de la incertidumbre electoral.

Esta elección, que el presidente Javier Milei había calificado como un referéndum entre "libertad o el caos" y un "clavo final al kirchnerismo", resultó en una victoria contundente para el peronismo unificado bajo la lista Fuerza Patria, liderada por el gobernador Axel Kicillof, con un 47,28% de los votos frente al 33,71% de La Libertad Avanza (LLA), según el escrutinio oficial con el 98,96% de las mesas computadas.

El programa de estabilización y las consecuencias de la derrota en Provincia

La derrota, que Milei admitió públicamente como "clara" pero sin alterar el rumbo económico, expone las vulnerabilidades de un programa de estabilización que priorizó la contención cambiaria a costa de un deterioro en la actividad económica. Para llegar a los comicios, el Gobierno desplegó un arsenal de herramientas monetarias y fiscales destinadas a mantener el tipo de cambio en niveles bajos, sacrificando el crecimiento. Entre estas medidas destacan intervenciones agresivas en el mercado de futuros de dólares, la convalidación de tasas de interés efectivas que triplican la inflación proyectada, la obligatoriedad para los bancos de renovar deuda del Tesoro mediante un aumento en los encajes y, en la semana previa a la votación, una intervención directa en el spot para sostener el dólar mayorista.

JAVIER MILEI BÚNKER LLA
Milei reconoció la derrota, pero respaldó el rumbo económico.

Milei reconoció la derrota, pero respaldó el rumbo económico.

Estas acciones, poco efectivas incluso en el corto plazo para estabilizar el mercado, generaron un costo elevado en términos de actividad. El lunes posterior a la elección, el dólar mayorista abrió en 1.450 pesos, llegando los 1.460 —a solo 9 pesos del techo de la banda de flotación— antes de retroceder y cerrar en 1.409 pesos. El martes, el cierre fue de 1.416,50 pesos, sin necesidad de intervención del BCRA, ya que no se testeó el límite superior. Este comportamiento inicial ilustra la presión inmediata sobre el tipo de cambio oficial, que subió un 3,3% en el día, alcanzando los 1.425 pesos en el minorista.

El esquema de bandas cambiarias, implementado en abril de 2025 como parte del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), permite una flotación controlada entre un piso hoy de aproximadamente 960 pesos y un techo de 1.470 pesos, con ajustes mensuales del 1% para ambos límites. Dentro de esta zona, el BCRA interviene de manera indirecta para mitigar volatilidades, pero debe vender reservas si el dólar mayorista supera el techo, absorbiendo liquidez en pesos. La intervención preelectoral del Tesoro fue una apuesta calculada a un resultado favorable; sin embargo, con depósitos escasos la capacidad de defensa se sabía temporal.

A pesar de esta presión, donde el Tesoro no tiene capacidad de contener el dólar a precios del viernes pasado, el mercado percibe que el BCRA cuenta con fondos suficientes para sostener el techo de la banda al menos hasta octubre, respaldado por desembolsos pendientes del FMI y otros organismos multilaterales. La decisión política de mantener las bandas actuales, combinada con esta inyección de capital externo, genera confianza en que, antes de alcanzar el techo, emerja una oferta genuina de dólares por parte de exportadores e inversores atraídos por las altas tasas de interés reales.

El "impasse" hasta octubre y el panorama poselecciones

Este escenario podría conceder al Gobierno un "impasse" cambiario de hasta seis semanas, previo a las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. En este período, los ahorristas e inversores tienen una oportunidad para posicionarse en instrumentos de renta fija en pesos, como plazos fijos o bonos, capitalizando las tasas elevadas antes de una eventual vuelta al dólar como refugio. Sin embargo, este respiro no debe subestimarse: la semana previa a las elecciones de octubre podría concentrar demanda reprimida, presionando el techo de la banda —entonces en torno a los 1.490 pesos, un 5% por encima del cierre actual—. En ese momento, el BCRA se vería obligado a intervenir, vendiendo reservas para defender el nivel.

Posoctubre, el panorama se complica. El resultado de las elecciones nacionales no solo definirá el equilibrio de poderes, sino también las proyecciones económicas futuras. Una derrota de LLA, similar a la bonaerense, podría erosionar aún más la confianza en el programa de ajuste. La economía real no puede sostener las tasas actuales, esto implicaría un menor atractivo al de carry trade y un BCRA —o Tesoro— que además, en lugar de vender, deba comprar dólares para cumplir compromisos externos.

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Octubre no solo definirá el equilibrio de poderes, sino también las proyecciones económicas futuras

Octubre no solo definirá el equilibrio de poderes, sino también las proyecciones económicas futuras

Con reservas netas escasas, y un riesgo país que superó los 1.000 puntos básicos tras la derrota provincial, el techo de la banda podría resultar insuficiente. El Gobierno, en lugar de un vendedor neto de dólares, se convertiría en comprador para honrar deudas, requiriendo una recalibración de las bandas o un giro hacia un flotación más "sucia".

En resumen, el impasse de seis semanas ofrece una ventana táctica para que inversores aprovechen las altas tasas antes de la incertidumbre electoral. No obstante, el deadline de octubre es inminente: un resultado adverso podría acortar el techo de la banda, obligando a su recalibración. El Gobierno mileísta, que ha priorizado la desinflación sobre el crecimiento, debe navegar este período con precisión quirúrgica. Si sabe capitalizarlo, podría estabilizar el frente cambiario; de lo contrario, el "veranito" se convertirá en una tormenta prolongada, recordando que en economías emergentes como la argentina, la política y los mercados se entrelazan de manera inexorable.

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