El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, advirtió el domingo que aquellos países que no negocien “de buena fe” podrían enfrentarse a aranceles recíprocos más altos que los impuestos por el expresidente Donald Trump el pasado 2 de abril. En particular, Japón podría verse afectado con un gravamen del 24%, una medida que ha generado inquietud en los mercados internacionales y tensiona la agenda previa a la cumbre del G7.
EEUU amenaza con elevar aranceles recíprocos y sacude la agenda del G7: Japón en la mira con un 24 %
La advertencia del secretario del Tesoro de EEUU sobre posibles aumentos arancelarios a países que no negocien de buena fe intensifica las tensiones comerciales globales justo antes de la crucial cumbre del G7, generando incertidumbre en los mercados internacionales.
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Posible alza de aranceles por parte de EEUU sacude mercados y pone en alerta al G7.
Bessent, considerado una influencia moderadora dentro de la administración estadounidense, lanzó esta advertencia en un momento clave, cuando los ministros de Finanzas del G7 se preparan para reunirse en Stresa, Italia. Allí, se espera que sus pares presionen para que Estados Unidos adopte una postura más conciliadora en materia comercial, evitando así una escalada que podría perjudicar las relaciones económicas globales.
El impacto en los mercados
La noticia generó una reacción inmediata en los mercados asiáticos, con el índice Nikkei 225 cayendo un 1,3% y una leve apreciación del yen, reflejo de la creciente incertidumbre. Además, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años aumentó, señalando que los inversores comienzan a incorporar un mayor riesgo asociado a posibles tensiones comerciales. Las acciones de empresas exportadoras japonesas, especialmente del sector automotor, también sufrieron pérdidas significativas.
El impacto económico de una tarifa del 24% sobre productos japoneses sería sustancial, estimándose en más de 30 mil millones de dólares anuales en nuevos gravámenes. Esta medida podría frenar la inversión corporativa global, que ya enfrenta desafíos debido a la desaceleración económica de China y otros factores internacionales. Por su parte, Japón buscará en las negociaciones bilaterales con Estados Unidos garantías específicas para proteger sectores clave como la industria automotriz y de semiconductores.
En paralelo, otros actores globales como la Unión Europea y Canadá observan con preocupación la situación, ya que podrían verse obligados a coordinar respuestas en caso de una ampliación de las tarifas arancelarias. Asimismo, la Reserva Federal estadounidense podría enfrentar complicaciones para continuar su plan de reducción de tasas de interés en un contexto de creciente incertidumbre comercial y riesgo inflacionario.
La cumbre del G7 será clave para observar si se logra contener esta escalada proteccionista o si, por el contrario, se intensifican las medidas arancelarias que podrían impactar negativamente en el comercio mundial, las cadenas de suministro y las perspectivas económicas globales. La comunidad financiera global estará atenta a cualquier señal de consenso o confrontación durante las próximas jornadas, que definirán el rumbo del comercio internacional en los meses venideros.
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