Con un blanqueo en marcha que le trae cierto oxígeno, pero no resuelve la aguda escasez de reservas netas, el ministro de Economía, Luis Caputo, busca destrabar lo que tanto había prometido Javier Milei pero que en diez meses de gestión no pudo mostrarle al mercado: financiamiento en dólares. Así, intenta apurar acuerdos con bancos internacionales para acceder a uno o más préstamos con garantía (conocidos como Repo). En diálogo con Ámbito, fuentes oficiales aseguran que hubo avances, aunque admiten que aún es pronto para hablar de definiciones y que siguen en negociación puntos claves, como el costo y el plazo.
Urgido de dólares, el Gobierno quiere apurar préstamos de bancos internacionales: ¿qué es lo que se negocia?
De cara a un período desafiante, el ministro de Economía, Luis Caputo, intenta acordar uno o más Repos ante el agujero de reservas netas del BCRA. Dicen que hubo avances, pero que aún “falta”. La clave pasa por el costo y el plazo.
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Más allá de la pax cambiaria que implicó la baja de la brecha durante las últimas semanas y del fuerte crecimiento de los depósitos producto del blanqueo, las preocupaciones por el agujero de divisas siguen a la orden del día de cara al último trimestre de 2024 y, sobre todo, a un desafiante 2025. El foco pasa por las reservas netas, que ya son negativas en más de u$s5.000 millones y quedaron bien por debajo de la meta pactada con el Fondo Monetario Internacional para el tercer trimestre.
Dos fuentes oficiales consultadas por este medio desmintieron que ya esté cerrado algún acuerdo con ninguna entidad del exterior. “Falta”, expresó un alto funcionario del área económica. Los acuerdos de este tipo son complejos, más para un país como la Argentina, que tiene cerrado el acceso a los mercados internacionales de capitales. En un despacho oficial, explicaron que por primera vez empezaron a circular borradores con posibles condiciones en los últimos días.
Repo: los puntos en discusión
Todavía sin definiciones, lo que el equipo económico negocia son préstamos de tipo Repo (en inglés, “Repurchase Agreement”). Se trata de una operación de recompra en la que una entidad u organismo vende a inversores un activo (bonos u oro, por ejemplo) para hacerse de liquidez y se compromete a recomprarlo en una fecha preestablecida y a un precio determinado, que se denomina prima y que fija la tasa de interés del crédito.
En general se trata de endeudamiento de corto plazo. Luis Caputo ya recurrió a ellos cuando era funcionario de Mauricio Macri como vía para apuntalar las reservas. Luego del estallido de la crisis de 2018, esos Repo se cancelaron ya que su costo se fue encareciendo por la pérdida de valor de los bonos que se usaban como garantía.
Circularon varios nombres como eventuales contrapartes en la negociación. Los funcionarios evitan dar precisiones al respecto, aunque habría implicados bancos de Wall Street. Como contó Ámbito, una de las posibilidades en danza es que el activo que se ponga en garantía sean los Bopreales, bonos en dólares que emitió el Banco Central para vehiculizar parte del stock de deuda comercial y dolarizar una porción de sus pasivos remunerados. Estos títulos cotizan por encima de los bonos emitidos por el Tesoro.
Una de las claves para evaluar el impacto que tendría un acuerdo de este tipo pasa por el costo que deberá afrontar el Estado. Según supo Ámbito, eso todavía no está cerrado. En intercambios recientes aparecían alternativas de tasa de interés anual de dos dígitos, un nivel muy elevado. Off the record, en el equipo económico dicen que apuntan a conseguir una tasa de un dígito, que se aproxime al 8,5%. También afirman que se busca que el plazo se acerque a los 18 meses. Resta ver cómo continúan las discusiones y si las condiciones se alinean con lo que el Gobierno quiere firmar.
Respecto del monto objetivo, hay dos parámetros a tener en cuenta sobre los compromisos que precisa cubrir Caputo a la hora de contabilizar las reservas y el dinero disponible. Por un lado, el incumplimiento de la meta de tenencias internacionales netas pactada con el FMI para el tercer trimestre por alrededor de u$s2.000 millones; por otro, los vencimientos de capital de enero con los bonistas por unos u$s3.000 millones. Al menos parte de eso es lo que buscan fondear, pero todo dependerá de cómo evolucione la negociación.
El agujero de dólares
Lo cierto es que la escasez de dólares es uno de los principales problemas para el plan oficial, incluso con una actividad económica que repta en torno al piso al que cayó en el marco del proceso recesivo. Un faltante de dólares que plantea desafíos para una eventual apertura del cepo y que, justamente, representa un lastre para cualquier intento de reactivar la producción.
Sin definiciones sobre nuevo endeudamiento internacional, el Gobierno apostó al blanqueo para construir un puente en meses estacionalmente complicados. La prorrogada regularización de activos ya impulsó un crecimiento de los depósitos privados en dólares de más de u$s11.300 millones. Por el momento, esto tuvo un impacto marginal en las reservas brutas, aunque se espera que se incremente en la medida en que los bancos van encajando los billetes recibidos en el BCRA.
En las reservas netas, en cambio, el efecto será mucho más acotado. Como contó Ámbito, esto solo tendrá lugar en la medida en que quienes ingresan al blanqueo paguen la multa del 5% (aunque tienen muchas alternativas para evitarlo), si crecen mucho los préstamos bancarios en moneda extranjera a empresas o si el Gobierno eventualmente decidiera reciclar los dólares blanqueados a través de la emisión de deuda de corto plazo (como las Letes en dólares, que fueron colocadas por Caputo durante el macrismo y luego reperfiladas por Hernán Lacunza en el mismo mandato), una alternativa con la que empezaron a especular algunas voces de la city.
Así las cosas, un informe de la consultora CP advirtió que el último tramo de este año podría traer nuevas tensiones al mercado oficial de cambios. En octubre, por lo pronto, llegará el pico de los pagos de importaciones por el solapamiento del viejo esquema de cancelación en cuatro cuotas con el actual de dos cuotas. CP proyectó que, según qué porción del blanqueo logre reciclar el BCRA vía préstamos bancarios en dólares a empresas, las reservas netas caerán entre u$s1.000 millones y u$s4.000 millones en lo que resta de 2024.
Sin embargo, la gran pregunta que se hacen todos los agentes económicos es cuánto margen tiene el Gobierno para estirar durante el próximo año el statu quo cambiario, que hasta acá incluye la vigencia del cepo, la tablita devaluatoria de 2% mensual y el dólar blend, que implica derivar el 20% de las exportaciones al CCL en lugar de ingresar a las reservas. CP considera que es “improbable” que pueda sostenerse ese esquema debido al gran agujero de divisas que el equipo económico necesitaría financiar. ¿Un agujero de qué magnitud? Según la consultora que dirigen Federico Pastrana y Pablo Moldovan, asciende a u$s19.700 millones para todo 2025.
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