Coronavirus: la mortalidad en terapia intensiva cayó 36%, pero podría estancarse

La mortalidad de los enfermos de Covid-19 en las unidades de terapia intensiva bajó en octubre a nivel global pero podría ser su piso.

Durante la segunda ola de coronavirus, preocupa la ocupación de camas de terapia intesiva en la Ciudad de Buenos Aires. 

Durante la segunda ola de coronavirus, preocupa la ocupación de camas de terapia intesiva en la Ciudad de Buenos Aires. 

AFP

La mejora de la atención hospitalaria a nivel global redujo en más de un tercio la mortalidad en las unidades de terapia intensiva, desde los primeros meses de la pandemia, pero este progreso podría estar estancándose, según un estudio publicado por especialistas británicos.

La mortalidad de los enfermos de Covid en las unidades de terapia intensiva (UTI) cayó al 36% en octubre a nivel global, según el estudio realizado entre más de 43.000 pacientes de varios países y publicado en la revista Anesthesia, informó la agencia de noticias AFP.

Según el análisis anterior de los mismos autores, difundido en julio, la mortalidad global de los pacientes con Covid-19 en UTI, entendido como servicio de reanimación, había pasado de casi 60% a fines de marzo de 2020 a 42% al fines de mayo.

Estos dos estudios, realizados por el especialista en anestesia Tim Cook y sus colegas británicos, son "metaanálisis" que compilan diversos trabajos.

"Después de que nuestro primer metaanálisis del año pasado mostrara una fuerte caída en la mortalidad en la UTI por Covid-19 de marzo a mayo de 2020, la actualización del análisis muestra que la disminución de la tasa de mortalidad entre junio y octubre de 2020 parece haberse estabilizado o haber llegado al tope", según los autores.

Los autores usaron datos de 52 estudios sobre 43.128 pacientes. Procedían de Europa, América del Norte y China, regiones incluidas en el análisis anterior, así como informes de Oriente Medio, el sur de Asia y Australia.

El conocimiento sobre lo que funciona y lo que no ha mejorado, ha progresado, recuerdan los especialistas. Los esteroides (como la dexametasona) se pueden administrar a pacientes conectados a oxígeno o a un ventilador para mejorar sus posibilidades de supervivencia.

Es probable también que los tratamientos hayan evolucionado a lo largo del año con cambios en la oxigenoterapia o la gestión de la coagulación sanguínea, agregan.

Sobre el posible impacto de las nuevas variantes del coronavirus en pacientes en terapias intensivas, Peter Horby, director del ensayo clínico Recovery, que concluyó que la dexametasona es eficaz, estima que los medicamentos deberían seguir funcionando porque actúan en la respuesta inmunitaria, no en el virus.

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