La importancia de la escuela como lugar de construcción

A pocos días de comenzado el año lectivo, resulta fundamental poder hacer un breve repaso que da cuenta del rol que cumplen las instituciones en la vida de niños y niñas.

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Desde comienzos de 2020 uno de los sectores que se ha visto fuertemente afectado debido a la situación ocasionada por el Covid-19 ha sido la educación, causando varios efectos en el desarrollo de los estudiantes. Tal es así, que ha ido cambiando la forma en la que las instituciones educativas han brindado su atención a niños/as y adolescentes, teniendo que adaptarse a nuevas normalidades.

A pocos días de comenzar el año lectivo, resulta fundamental poder hacer un breve repaso que da cuenta del rol que cumplen dichas instituciones en la vida de niños y niñas.

Se considera que la escuela influye directamente en la comunidad, así como también en las familias, con dos objetivos: formar y preparar. Tal es así, que no se puede perder de vista la interrelación escuela-sociedad y especialmente la necesidad de que la sociedad garantice, con estrategias económicas y sociales, el acceso real de todos/as a un proceso educativo de calidad.

En relación a esto, a lo largo del tiempo se ha hecho referencia a la escuela como institución que prepara a sus integrantes con conocimientos y hábitos específicos. Sin embargo, hay una segunda dirección que resulta imprescindible, sobre todo para que lo anterior sea efectivo: el papel de la escuela en la construcción de recursos psicológicos que son necesarios para el funcionamiento integral de la persona. En la personalidad de cada uno, lo social constituye un elemento esencial.

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El desafío está en no perder de vista la importancia de poder personalizar el aprendizaje, lo cual implica prestar atención a la voz y los intereses de cada alumno/a, con su historia, sus necesidades y sus deseos.

El desafío está en no perder de vista la importancia de poder personalizar el aprendizaje, lo cual implica prestar atención a la voz y los intereses de cada alumno/a, con su historia, sus necesidades y sus deseos.

El niño no nace extrovertido o introvertido, dependiente o independiente. Es en la evolución de su historia donde se van configurando los recursos psicológicos, en función de las características de los sistemas en los que va interactuando. La sociedad como macrosistema y Ia familia y la escuela como instituciones básicas, son sistemas que participan activamente en el desarrollo de la personalidad.

La participación en programas educativos desde la primera infancia tiene impactos positivos en el desarrollo cognitivo y socioemocional. Dicho esto, la escuela se convierte en una de las instituciones sociales más importantes, necesaria para favorecer la inserción de niños y niñas en la sociedad como seres responsables y capaces de convivir con otros a pesar de las diferencias.

Más allá de la transmisión se saberes y conocimiento (lo cual es importante) la escuela también tiene como función principal permitir que los niños y niñas puedan sociabilizar con pares (con mismo nivel evolutivo y emocional). De este modo, se refuerza la idea de que ser parte de la institución educativa permite aprender lo que es vivir en sociedad: adaptarse a reglas, cumplir con ciertas normas, aprender a convivir con aquellas personas que no son sentidas como cercanas, sentirse parte de una comunidad...

Para que las dos direcciones de las instituciones educativas puedan ser posibles, el desafío está en no perder de vista la importancia de poder personalizar el aprendizaje, lo cual implica prestar atención a la voz y los intereses de cada alumno/a, con su historia, sus necesidades y sus deseos.

(*) Licenciada en Psicología

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