Si «The New York Times» debió despedir hace unos años a un periodista porque «inventaba» noticias, mucho más extraño fue el escándalo que debió afrontar ahora con Susan Sachs, su ex corresponsal en Bagdad, a la que también tuvo que echar porque ella alertó por correo electrónico a las esposas de colegas suyos, también corresponsales, sobre las presuntas relaciones extramaritales de sus maridos.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Esta información fue publicada el sábado por «The Washington Post» sobre la base de dos fuentes anónimas del «NYT». Sachs negó haber escrito tales correos, pero, según las fuentes, el diario tendría en su poder las respuestas a emails enviados por ella. «Niego rotundamente las acusaciones que me hace el 'Times'», dijo Sachs desde París, donde se encuentra ahora. «Soy completamente inocente y lo suficientemente afortunada como para que me den su apoyo muchos colegas que me conocen y que han trabajado conmigo a lo largo de 32 años de carrera».
El diario no quiso hacer comentarios, así como tampoco los dos corresponsales extranjeros involucrados, a los que «The Washington Post» se abstuvo de nombrar. Las empresas suelen enfrentarse a juicios internos por casos de acoso sexual, aunque ésta es la primera vez que se debate públicamente el caso de una empleada que delata a colegas por presuntas infidelidades. Sachs, que también trabajó para «Newsday», fue corresponsal en Moscú y Medio Oriente, y escribió numerosos artículos para «The New York Times» por la crisis iraquí. Su nota sobre la captura de Saddam Hussein fue tapa del diario. Se dice que Sachs, desde que fue enviada a hacerse cargo de la corresponsalía en Bagdad desde octubre de 2003, tuvo varias dificultades con otros periodistas del mismo diario. «The Wall Street Journal» publicó una vez que le reprochó duramente a un colega que estuviera armado. En marzo, decidieron enviarla a Estambul.
Dejá tu comentario