El 1 de febrero de 2023 Bobi, un perro oriundo de Portugal, se convirtió con 30 años y 266 días en el perro más viejo del mundo según los Guiness World Records y superó Spike, el chihuahua de Ohio que dos semanas atrás había recibido el premio por sus 23 años de vida. Se trata de un Rafeiro do Alentejo puro, una raza cuya esperanza de vida media es de 12 a 14 años.
Récord Guiness: ¿Cuántos años tiene el perro más viejo del mundo?
Bobi, de raza Rafeiro do Alentejo, rompió el récord Guiness del perro más longevo del mundo y destronó a un chihuahua de Ohio.
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Bobi, el perro más longevo del mundo.
Antes que Bobi, el anterior récord del perro más viejo del mundo lo ostentaba un boyero australiano llamado Bluey que vivió 29 años y 5 meses entre 1910 y 1939. “Nunca pensé en registrar a Bobi para batir el récord”, aseguró su dueño Leonel Costa a Guiness.
El Servicio Médico-Veterinario del Ayuntamiento de Leiria precisó que Bobi nació el 11 de mayo de 1992 y afirmaron: “Vemos situaciones como ésta como un resultado normal de la vida que llevan, pero Bobi es único en su especie”.
Por su edad, el perro visita seguido al veterinario y por el momento los resultados de sus análisis son muy positivos. Solo tuvo un episodio de riesgo en 2018 cuando colapsó por dificultades respiratorias y tuvo que ser hospitalizado.
Por su longevidad, Bobi es el “último de una larga generación de animales” en la familia Costa, y les sirve como recordatorio de todos los parientes que ha perdido a lo largo de los años.
Bobi: el perro que sobrevivió de milagro
Cuando Costa era un niño -actualmente tiene 38 años- su perra Gira de 18 años tuvo cuatro cachorritos y sus padres consideraron que no podían tener tantos animales en su casa y decidieron enterrarlos, algo que era normal en la época según relató el dueño de Bobi.
Sin embargo, Gira no dejaba de ir al lugar donde los cachorros habían sido enterrados: “Nos pareció extraño, porque si los animales ya no estaban allí, ¿por qué iba a ir ella?”, continuó Costa y contó que un día decidieron seguirla para entender qué estaba buscando. Fue entonces que descubrieron que sus padres se habían dejado uno de los cachorros sin notarlo ya que se mimetizaba con el bosque.
Entonces, Costa y sus hermanos decidieron mantener a Bobi en secreto para que sus padres no lo mataran: “Sabíamos que cuando el perro abriera los ojos, mis padres ya no lo enterrarían. Era de conocimiento popular que este acto no podía ni debía hacerse”, añadió. Según VCA Animal Hospitals este proceso suele tardar entre una y dos semanas.
A pesar de los retos de sus padres, Costa aseguró: “Valió la pena, fue por una buena razón”.
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