27 de octubre 2020 - 00:00

Boom comercial en Villa 31: hay auge de locales gastronómicos

La Asociación de Comerciantes del barrio estima que en el último tiempo abrieron 30 locales de distintos rubros. Paradójicamente, el restaurante más famoso, Las Palmeras, está pronto a cerrar.

Protocolos. En una carnicería toman la fiebre a uno de los clientes al ingresar.
Protocolos. En una carnicería toman la fiebre a uno de los clientes al ingresar.

La transformación de la Villa 31 es grande en todos sus aspectos. En el último tiempo cambiaron sus calles, sus casas y hasta sus locales comerciales. Azotados por la pandemia, muchos habitantes del barrio tuvieron que repensar su método de subsistencia. Por esa razón, en los últimos meses creció a pasos agigantados el comercio en la zona.

“Se han abierto muchos comercios en el último tiempo. Mientras en el país cerraban los locales de gastronomía acá se abrieron muchísimos negocios de comida”, aseguró Saúl Sánchez, presidente de la Asociación de Comerciantes del Barrio Padre Carlos Mugica. “Se inauguraron cafeterías, heladerías y restaurantes. Hay muchos comercios nuevos alrededor del ministerio de Educación”, agregó. Todas las aperturas, pertenecen a personas que ya habitaban el barrio pero que en su mayoría se quedaron sin trabajo y debieron reinventarse.

En las calles de la 31, se cruzan hoy una diversidad de colectividades que traducen su cultura en la gastronomía. Provenientes de Perú, Paraguay y Bolivia, se ofrecen platos como chaufa, lomo salteado y ceviches. Obviamente, también hay una gran oferta de comida local.

“Hoy en el barrio hay unos 2.000 comercios, pero en el último tiempo estimamos que se sumaron unos 30 más”, sostuvo Sánchez. “Hay mucha gente que se instaló algún tipo de local en su casa, porque los alquileres aumentaron muchísimo”, reconoció. “Ahora, trato de luchar para que la gente pague el monotributo social, para que el día de mañana tenga una jubilación y acceso a una obra social. Pero acá se piensa más que nada en vender”, finalizó.

Maribel llegó desde Perú hace muchos años y formó su familia en la 31. Hasta marzo, fabricaba juguetes artesanales y vendía algunos objetos de cotillón desde un local que armó en su casa. Cuando llegó la pandemia, el trabajo se frenó por completo. Finalmente, el 18 de octubre, inauguró su restaurante “Brasas y Leña” en la manzana 99 del barrio. “Estamos con todos los protocolos, es muy higiénico, nos ocupamos de la presentación del delivery y de cada detalle. Hacemos pollos a la brasa y diferentes platos peruanos, como chaufa y lomo salteado, entre otros. Ahora, estamos intentando incursionar en la comida paraguaya, porque hay mucha gente de esa colectividad aquí”, contó la flamante dueña. El restaurante funciona los viernes, sábados, domingos y lunes porque, según su estudio de mercado, son los días que la gente de la zona más consume.

Mientras nuevos locales abren sus puertas, un histórico de la 31, atraviesa momentos complicados: Las Palmeras el restaurante más conocido del barrio, se tambalea entre la continuación y el cierre. La visita cotidiana de Horacio Rodríguez Larreta al local, lo puso de moda.

Incluso, reconocidos chefs como Christophe Krywonis y Donato de Santis lo recomendaron. Su dueño, José Zapata, es el primero que se animó a lanzar el delivery por fuera de la villa para lo cual hizo un arreglo con una conocida aplicación de delivery. Sin embargo, ahora está pensando en cerrar su tan dedicado negocio. “Estoy pronto a cerrar, ya no va para más, está todo muy caro”, sentenció Zapata. “Entre el pago al personal, el alquiler y otros gastos por mes estoy muy endeudado, tendré que buscar trabajo”, agregó. “Tengo dos ayudantes, un cocinero, dos personas que hacen delivery, dos mozas y un encargado de publicidad. Pero ahora, se complicó todo, no puedo más”, finalizó.

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