12 de diciembre 2022 - 22:53

La Fed define una nueva suba de tasas (el mercado espera una moderación a 50 puntos básicos)

Jerome Powell

Jerome Powell

Hoy comienza la última reunión del año del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por su sigla en inglés) de la Reserva Federal de Estados Unidos, que culminará el miércoles con una nueva definición sobre el rumbo de su política monetaria. En el mercado, crece la expectativa de que la autoridad monetaria efectivice la séptima suba de tasas del año con una ralentización en el ritmo. Más allá de la moderación, se espera una continuidad en la política contractiva. Así, analistas consultados por Ámbito destacaron que será clave la decisión de la Fed para conocer el rumbo de los bonos soberanos en el mediano plazo.

La decisión de la Reserva Federal se conocerá luego de que el Gobierno estadounidense difunda el dato de inflación de noviembre, en el cual se espera una desaceleración al 7,3% anual, desde el 7,7% de octubre. Ante esta eventual mejora, las proyecciones del mercado se posicionan en un aumento de 50 puntos básicos en la tasa de política monetaria hasta el 4,5%. En caso de que las previsiones se cumplan, la Fed finalizaría con los aumentos de 75 puntos básicos que llevó a cabo cuatro veces consecutivas este año y que posicionó a la tasa de interés de la primera economía del mundo en máximos desde 2007.

Un giro de la entidad que preside Jerome Powell hacia un rumbo más suave en su política monetaria sería una buena noticia para los emergentes, que se vieron perjudicados a lo largo de 2022 por el ajuste monetario a nivel global, que dio lugar a una tendencia de “vuelo a la calidad” por parte de los inversores, fortaleciendo el dólar y complejizando el panorama para la deuda soberana.

Tomás Villa, analista financiero en ConoSur Investments, señaló: “El mercado descuenta una suba de 50 puntos básicos, de modo que la lectura que hagan los operadores se terminará de nutrir de las proyecciones de tasa de los miembros de la Fed (dot plot) y del discurso de Powell. Un mercado que lea positivamente lo surgido de este evento podría traducirse un dólar que se debilite, tasas estables, mejoras en el equity y, en general, una proclividad a la toma de riesgos que favorecería también a los activos de países emergentes. Con este marco de referencia, podemos pensar que una lectura positiva del mercado podría implicar mejoras en las acciones y la deuda en dólares locales, mientras que una percepción negativa derivaría en que operen con más pesadez”.

Asimismo, Ezequiel Zambaglione, head of research en Balanz, destacó que “en los últimos meses se vio una correlación fuerte de Argentina con el resto de los activos de riesgo, y pensamos que esa correlación seguirá”. Por eso, afirmó que “la decisión de la Fed va a tener un impacto similar al de la deuda emergente, aunque con mayor intensidad, tanto para arriba como para abajo”.

Por su parte, Ignacio García, analista en GMA Capital, consideró “muy complicado el panorama, pese a que la inflación americana está aminorando su marcha” ya que “los números están lejos de ser ese 2% que consideran sano”. “La suba de tasas no va a ser tan agresiva, pero sí se va a mantener en una constante, por lo menos en el corto plazo”, afirmó.

Por otro lado, a pesar de que el ritmo de tasas de la Fed puede moderarse, el impacto del endurecimiento de la Fed continuará hacia adelante y condicionará a la renta emergente en 2023. El Tesoro de Estados Unidos no descarta el riesgo de una caída en recesión de la primera economía del mundo. En esta línea, Zambaglione consideró que “los desafíos macroeconómicos de Argentina hacen que un contexto global amigable sea una condición necesaria, y por esa razón incluso con un contexto local favorable parece difícil ver una recuperación sostenida en el precio de los activos argentinos si el contexto global no acompaña”.

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