25 de julio 2025 - 00:00

Etiquetas de alta gama: historias detrás de grandes vinos argentinos

Enólogos de diversas bodegas del país abrieron sus barricas para contar cómo se crea un gran vino argentino.

Andrea Ferreyra, jefa de Enología de la Celia.

Andrea Ferreyra, jefa de Enología de la Celia.

En la era del vino global, donde etiquetas de todo el mundo compiten por prestigio, distinción y precio, el segmento de alta gama se volvió un territorio que gana adeptos.

En Argentina, lejos de seguir recetas, los productores están reescribiendo las reglas del lujo. ¿Pero, qué define hoy a un vino de alta gama? ¿Cómo influye el lugar en su esencia? ¿Y qué desafíos plantea esta categoría en una industria en plena transformación?

Enólogos de Chakana, Andeluna, La Celia, Don Manuel Villafañe, Valle de La Puerta, Sottano, Colosso Wines y Sin Reglas abrieron sus barricas para contar cómo se crea un gran vino argentino.

El alma del lugar, en cada botella

La primera coincidencia entre todas las bodegas consultadas es tajante: la alta gama comienza en el viñedo. Para Leonardo Devia, enólogo de Chakana, “un vino de alta gama es aquel que ofrece una experiencia sensorial completamente genuina del lugar donde fueron cultivadas las uvas”. En su visión, el conocimiento profundo del entorno es la base de una viticultura respetuosa.

En esa misma línea, Jimena López Campos, gerente de Enología de Andeluna, sostuvo que “desde enología entendemos que un vino se diseña en el viñedo”, destacando el trabajo detallista sobre parcelas, clones, poda, cosecha y crianza. “Esto son parámetros que nos permiten contar con una uva que se traduzca en un vino de alta calidad. El control de madurez, junto con el punto de cosecha óptimo de las uvas, sumado a un proceso de elaboración cuidando los detalles en cada paso son también fundamentales. El tiempo de conservación en vasijas y/o barricas y por último el proceso de corte o blending terminan el trabajo del equipo de enología”, sintetizó la experta.

En La Celia, su jefa de Enología, Andrea Ferreyra, también subrayó que los vinos de alta gama “provienen de terruños excepcionales y han sido elaborados con métodos muy cuidadosos”.

Por su parte, Adrián Toledo, enólogo de Sottano, Colosso Wines y Sin Reglas agregó una visión integral: “La alta gama se construye desde el viñedo, con una selección minuciosa de parcelas que nos entregan fruta de altísimo equilibrio y concentración. Luego, cada decisión en bodega está guiada por la búsqueda de complejidad, elegancia y capacidad de guarda”.

Coincide Manuel González Vals, jefe de Enología de Don Manuel Villafañe: "Un vino de alta gama en nuestra bodega nace en el viñedo, primero que nada en el conocimiento exhaustivo del lugar de origen. Me preocupo por elegir cuidadosamente las parcelas destinadas a este fin de cada variedad. Luego viene un largo camino desde la elaboración, pasando por la crianza en barricas, hasta llegar a la botella; en todo ese camino los detalles son preponderantes".

Andeluna bodega MG_9155
Bodega Andeluna

Bodega Andeluna

Vinos que cuentan una historia

Cada bodega tiene su ícono, ese vino que lo representa con claridad. “Nuestro vino ícono es el Gran Reserva, con el que empezamos haciendo un blend de Malbec, Bonarda y Syrah”, cuenta Javier Collosati, winemaker de Valle de La Puerta, bodega ubicada en Chilecito, La Rioja. Luego sumaron versiones varietales de Malbec y Bonarda, esta última elaborada con la histórica cepa francesa Corbeau-Noir. "La etiqueta, con un felino inspirado en los pueblos diaguitas que habitaban la región, representa la fuerza y el espíritu de La Rioja", explicó.

En Chakana, su enólogo eligió Ayni Gravas Malbec, una partida orgánica de apenas 1700 botellas que no se elabora todos los años. “Es especial por el contenido de piedra del suelo y por su etiqueta, que cuenta una historia, un ciclo, con los momentos únicos de cada cosecha”, explicó Devia.

En Sottano, el vino estrella es el provocador Judas Malbec. “Fue un vino que originalmente se hizo para la familia, pero uno de los hermanos decidió venderlo sin consentimiento. Cuando lo probaron, todos coincidieron en que era excepcional. De ahí su nombre”, revela Toledo.

“En Bodega Sin Reglas, nuestra línea tope se llama Arcángeles. Es un verdadero laboratorio de libertad creativa: cada uno de los 7 vinos que la componen cambia año a año, tanto en varietal como en origen. Pueden venir de Gualtallary, de El Peral, o incluso de microparcelas nuevas. No hay recetas ni repeticiones: solo exploración, intuición y deseo de contar algo nuevo cada vez”, sentenció Toledo.

La Celia apostó por una línea que pone en primer plano el suelo antes que la variedad. Así nacieron sus tres Terruños, “cosechamos y vinificamos cada parte por separado, comparando y seleccionando los bloques que mejor expresaban el lugar. Así nacieron estos vinos, una línea única que lleva en su ADN la mejor interpretación de nuestro viñedo.”, dijo Ferreyra, quien agregó que cada etiqueta es distinta y representa el perfil del suelo de origen.

En Andeluna, los íconos son Emblema Malbec y De la Parcela Cabernet Franc, vinos que nacen de microvinificaciones en los mejores sectores de Gualtallary. “Son únicos porque cada enólogo, voluntaria o involuntariamente, les imprime su impronta”, explicó López Campos.

Don Manuel Villafañe también tiene un vino destacado. "El vino ícono es IV Centenario, un blend de variedades tintas. El nombre hace alusión a los 4 siglos de arribo a estas tierras por parte de Don Manuel Villafañe, quien llegó a Argentina desde España como soldado para luchar contra los piratas ingleses que atacaron a los barcos españoles. Más tarde se estableció en América del Sur como un agricultor, y se convirtió en un pionero de la vitivinicultura en Argentina por ser uno de los primeros en plantar vides en esa tierra.", señaló González Vals.

1 CHAKANA VISITOR CENTER (27)
Bodega Chakana

Bodega Chakana

Terroir, precisión y sensibilidad

Para estos proyectos, el terroir no es solo un origen geográfico. “Es el pilar fundamental en el que basamos la expresión de nuestros vinos”, dijo Devia. Y en Chakana esa búsqueda se apoya en la biodinámica, en una mínima intervención en bodega y en dejar que el lugar hable por sí mismo.

Por su parte, Valle de la Puerta, tiene una característica que lo distingue: está ubicado en Chilecito La Rioja una zona de mucha amplitud térmica y sol, que hace que sus vinos sean especiales. "Estamos al pie de la montaña Famatina, que es una sierra que tiene 6200 metros sobre el nivel del mar, es la más alta de América, no es cordillera, pero tiene nieves eternas y glaciares", explicó Collovati. "Eso hace que tengamos una muy buena amplitud térmica y nos posibilita tener vinos de mucha calidad. Sumado a ello, hay mucho sol y eso le da una característica a los vinos de mucha fruta", agregó el especialista.

En Andeluna, el concepto es el de vinos de montaña. “Estamos a 1300 msnm, con suelos muy pobres con unos centímetros de arena y bajo esa primera capa aparece la piedra con algo de calcáreos. Además de la amplitud térmica marcada entre al día y la noche. Todo esto hace que la I.G. se exprese fuertemente en nuestros vinos con una intensidad colorante muy alta, muy buena concentración tánica en los vinos y una tremenda capacidad de guarda”, describió López Campos.

Ferreyra agregó que “cada vino es una fotografía de un lugar y momento específicos”. Y Toledo, por su parte, sostuvo: “El terroir es el corazón de cada uno de nuestros vinos tratamos de acompañar más que intervenir. Cada botella es una postal del viñedo”.

"El terruño es realmente lo que define a un vino, es imposible no transmitir el lugar de origen ya que la naturaleza es tan genuina que simplemente manteniendo un respeto por ella se puede lograr la identidad. Así como las personas no podemos escapar de nuestro origen, las vides no pueden esquivar su procedencia y por lo tanto expresar toda esa compleja información en el vino", sostuvo González Vals.

Adrian Toledo ok

Desafíos del lujo argentino

El contexto económico argentino aparece como uno de los grandes retos, dado que la economía fluctuante y la presión impositiva a veces dificultan la posibilidad de proyectar un vino a largo plazo.

Pero hay otro desafío que hoy ocupa un lugar importante: posicionar el vino argentino de alta gama en el mundo. “Todavía se nos asocia más con vinos de buena relación precio-calidad que con lujo”, dijo Toledo. “Hoy estamos haciendo un esfuerzo por demostrar que la verdadera expresión del lugar no reside en la opulencia, sino en la pureza y honestidad del origen”, sumó Devia.

Sin dudas, los vinos de alta gama argentinos están redefiniendo el lujo. Ya no se trata solo de concentración, barrica y etiqueta dorada. Se trata de identidad, de origen, de decisiones artesanales y pacientes. Como resume Toledo: “No buscamos solo impacto inmediato, sino profundidad, persistencia y una identidad que lo haga irrepetible”. Y esa búsqueda, aunque desafiante, ya está marcando el nuevo mapa del vino argentino de lujo.

Dejá tu comentario

Te puede interesar