18 de mayo 2025 - 00:00

La cantina de Villa Urquiza que fusiona tradición, modernidad y sabor casero

Ubicada en Villa Urquiza, Binario reinterpreta las recetas familiares con productos frescos de temporada y técnicas modernas, en un ambiente acogedor que invita a quedarse.

Inaugurado en mayo de 2025, el restaurante amalgama el calor de la cocina familiar con la creatividad de la culinaria contemporánea.

Inaugurado en mayo de 2025, el restaurante amalgama el calor de la cocina familiar con la creatividad de la culinaria contemporánea.

En una pintoresca esquina de Villa Urquiza, Bonario se ha ganado el corazón de los amantes de la buena gastronomía con una propuesta que fusiona lo mejor de la tradición mediterránea y europea. Inaugurado en mayo de 2025, el restaurante amalgama el calor de la cocina familiar con la creatividad de la culinaria contemporánea, bajo la dirección del talentoso chef Sebastián Iraola.

Un lugar que invita a quedarse

Desde el primer vistazo, Bonario cautiva por su diseño y atmósfera. En el sector al aire libre, mesas y sillas en tonos terracota se combinan con vegetación abundante, creando un entorno relajado y fresco. Los toldos retráctiles garantizan comodidad todo el año, mientras que el interior —decorado en la gama del verde y el rojo— ofrece un espacio luminoso, con detalles como un sillón corredizo y un gran ventanal que baña el salón con luz natural. La estética logra un balance armónico entre tradición y modernidad.

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Sabores que despiertan recuerdos

La propuesta gastronómica de Bonario es un homenaje a la cocina casera, reinterpretada con productos frescos y técnicas artesanales. Desde temprano, exhibe una variada carta de cafetería: espresso, flat white y su especialidad, el Bon Affogato, una combinación de helado con café espresso. El brunch también tiene su protagonismo, con platos como avocado toast, granola bowls y huevos revueltos con sweet bacon, pico de gallo y mango.

Al mediodía y por la noche, el menú se amplía con entradas como boquerones con pickles de pepino y mostaza antigua o buñuelos de espinaca y mozzarella. Para compartir, la charcutería artesanal es imperdible: salame cítrico, mortadela con pistachos ahumados, quesos y dulces regionales.

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Entre los principales, se distinguen el New York Steak con papas rotas y salsa criolla con mango, la milanesa de bife de chorizo acompañada de tagliatelle de espinaca y manteca de salvia, y la Musaka, un pastel de carne braseada con berenjena asada y salsa Mornay. Las pastas caseras y los arroces también son protagonistas, con propuestas como los ravioles de trucha y puerro, o el risotto de hongos y queso azul.

Un final dulce

Los postres cierran la experiencia con reinterpretaciones modernas de clásicos que siempre cumplen. Entre ellos, destacan el flan de naranja con crema, el brownie con salsa de caramelo salado y helado de crema americana, y la torta vasca con mermelada de naranja.

Para maridar, la carta incluye vinos nacionales cuidadosamente seleccionados, cócteles clásicos y de autor —como el Bonario Spritz, con gin, vermouth rosado y frutas tropicales—, cervezas artesanales y mocktails, como el Sunset Spritzer y el Momo Lemonade.

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Con su lema “Los buenos momentos se saborean”, Bonario invita a redescubrir los platos de siempre con una mirada fresca y contemporánea. Una experiencia culinaria que conjuga ambiente, sabor y emoción, haciendo de cada visita un recuerdo memorable.

Dirección: Avenida Congreso 5702, Villa Urquiza.

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