En un libro que publicó este año, “Earthly Delights: A History of the Renaissance”, el crítico de arte e historiador Jonathan Jones traza una historia del Renacimiento desde otra perspectiva. Lo hace no sólo a nivel europeo, sino también a las primeras influencias que tuvo en la cultura del viejo continente los primeros descubrimientos del arte americano, llamado precolombino desde esa perspectiva europeísta. Pero no sólo eso: también vindica, contra muchas otras posturas que trataban de relativizar la importancia de Florencia como cuna y epicentro de aquel período del arte.
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Londres: la “rivalidad” más rica de la historia
“Una de las cosas que me atrajo de la historia de cómo, en 1504, la República de Florencia puso a competir directamente a sus dos hijos más dotados (Leonardo y Miguel Ángel), retándolos a pintar murales en la misma sala del corazón de la ciudad, fue la posibilidad de molestar al mayor número posible de historiadores e historiadores del arte. Al fin y al cabo, la tendencia de las obras modernas sobre el Renacimiento es desmitificar sus grandes relatos.”, escribió Jones a propósito de su libro en el diario inglés The Guardian. “A un nivel, los estudiosos del arte prefieren concentrarse en cortes italianas como Urbino, Ferrara y Mantua y argumentan que el prestigio tradicional de Florencia como cuna del Renacimiento es obra de brillantes propagandistas toscanos como Giorgio Vasari. A otro nivel, los historiadores de mentalidad global discuten la importancia del Renacimiento. El Renacimiento, dijo Felipe Fernández-Armesto, fue ‘sólo una pequeña dificultad local’, y otro historiador, Jerry Brotton, ha escrito sobre el Renacimiento como un ?bazar’ intercultural”.
Algo de esa presunta rivalidad entre los dos grandes maestros, al que se suma un tercero, Rafael, estará presente en la monumental exposición homenaje que acaba de anunciar la Royal Academy of Arts, en Londres, que explorará sus conexiones y rivalidades, y que ya se vislumbra como uno de los hechos más destacados para las muestras de arte de 2024. La muestra toma como punto de partida un hecho acontecido en Italia: el 25 de enero de 1504, los artistas más prominentes de Florencia se reunieron para aconsejar un lugar apropiado para el casi terminado David de Miguel Ángel. Entre ellos se encontraba Leonardo da Vinci, que, al igual que Miguel Ángel, acababa de regresar a su Florencia natal. La supuesta rivalidad entre Leonardo y Miguel Ángel ha alimentado toda clase de mitos alrededor de ambas figuras: la leyenda cuenta que Leonardo odiaba a Miguel Ángel y que en su propia cara le criticó la mala calidad del mármol del famoso David.
Sobre este particular dijo Jones: “la historia que cuento es una espina clavada deliberadamente en la carne de esas escépticas historias modernas. Revisa a los revisionistas. Mi historia reivindica todo lo que los victorianos creían sobre este increíble momento cultural. ¿Qué significa históricamente que a principios del siglo XVI Miguel Ángel y Leonardo compitieran en su propia ciudad? Nos recuerda lo maravillosa que era Florencia en aquella época, pues ¿cómo podían surgir dos genios así de sus talleres artísticos si no era porque esta comunidad era un crisol único de talento? Y, aunque sólo sea por eso, mi libro vuelve a situar a Florencia en el corazón de la Europa del Renacimiento”. (...) “En 1504 se creaban muchas obras de arte maravillosas, en lugares tan diversos como México y Benín. Pero sólo en los tiempos modernos se ha definido a estos objetos, algunos dirían que se han apropiado de ellos, como ‘arte’. Es el mundo moderno el que arranca reliquias de los templos y las llama arte.La idea misma de ‘arte’ comienza en la Italia del Renacimiento, y la contienda entre Leonardo y Miguel Ángel es fundamental para su nacimiento. Se podría decir que Leonardo fue la primera persona de la que tenemos constancia que tuviera una personalidad artística profunda e inconfundible, y que Miguel Ángel aprendió del mayor, presentándose conscientemente como un genio artístico libre y original. En su competición, las exigencias de la creación de imágenes políticas y religiosas, comunitarias y rituales, quedaron eclipsadas por un nuevo culto al arte por el arte.”
Como se ve, la relación competitiva existió, pero se trató más de un vínculo de iniciación y docente que puramente de rivalidad, pero este argumento es atractivo desde el punto de vista comercial y para atraer nuevos públicos.
La exposición organizada por la Royal Academy of Arts de Londres, en colaboración con la Royal Collection Trust y la National Gallery de Londres, abrirá el 9 de noviembre de 2024 y concluirá en febrero de 2025. Según la Academia, la muestra se propone explorar la rivalidad entre Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo da Vinci, y la influencia que ambos tuvieron en el joven Rafael.
Si bien el museo aún no ha dejado trascender demasiada información respecto a los contenidos, algunas de las imágenes difundidas muestran cómo los tres artistas han coincidido en la misma temática pero en diferentes soportes.
El recorrido incorpora por ejemplo el célebre “Tondo Taddei” de Miguel Ángel, una escultura de mármol redonda (1504). Ese mismo tópico había sido una composición de Leonardo da Vinci para “La Caricatura de Burlington House” (1500) y de la “Virgen con el Niño y San Juan Bautista” (1508), un temple y óleo sobre tabla de 28 por 21 centímetros, de Rafael de Sanzio.
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