14 de agosto 2006 - 00:00

¿Cuándo el delito se vuelve terrorismo?

Especialista en terrorismo del Colegio Interamericano de Defensa (EE.UU.), el mayor André Luís Woloszyn (42), afirmó en un apoyo al diario «Folha de Sao Paulo» que el PCC (Primer Comando de la Ciudad, organización criminal de los narcotraficantes de San Pablo) adopta una estrategia terrorista en sus acciones. Para él, la pelea requiere la creación de leyes que definan y penalicen el terrorismo. De lo contrario, el escenario podría empeorar y perjudicar la reelección de Lula da Silva. A continuación, los tramos más importantes de la entrevista a Woloszyn, analista de inteligencia estratégica de la Escuela Superior de Guerra y especialista en Ciencias Penales:

Lula da Silva
Lula da Silva
Periodista: ¿Es posible considerar terrorista la estrategia del PCC?

André Luis Woloszyn: Sí. Una de las características de las acciones terroristas es la imprevisibilidad aliada a la arbitrariedad. Las acciones ocurren repentinamente en diversos lugares y sin aviso previo, lo que provoca pánico por la sensación de inseguridad, fruto a su vez de una «supuesta» vulnerabilidad permanente. Otra cuestión que refuerza esa tesis es que, en el mundo, casi la totalidad de los grupos terroristas asume la autoría de los atentados poco después de cometerlos. Hacen eso como una forma de atraer a los medios y de reafirmar el poder que tiene el grupo. Esa estrategia dificulta la acción del poder público por su imprevisibilidad de objetivos, por la naturaleza indiscriminada de los ataques. Son simultáneos a blancos diferentes y esto eleva el nivel de estrés de las fuerzas policiales, que aguardan una próxima acción en un lugar indeterminado.

P.: ¿Se trata de una estrategia pensada en función de objetivos específicos?

A.L.W.: El PCC persigue varios objetivos detrás de sus acciones. El primero es la desestabilización política del gobierno estadual. Segundo, una demostración de fuerza, con un alerta: «Si no nos atienden, tenemos fuerza suficiente para transformar el Estado en un escenario de violencia». Eso lleva al descrédito en relación con los gobiernos.

P.: ¿Qué hay que hacer, entonces?

A.L.W.: La evolución de los hechos requiere una urgente toma de decisiones. Programas de inclusión social, incremento y mayor tecnología de la inteligencia policial, reequipamiento y entrenamiento de las fuerzas policiales, cambios en la legislación penal -tipificar los crímenes de terrorismo y crimen organizado, previendo una sanción- son sólo algunas medidas. Además, nada diferente de algunas ya previstas en el Plan Nacional de Seguridad Pública, que no salió del papel.

  • Descripción

    P.: La Constitución ya repudia el terrorismo y lo considera un crimen no excarcelable. ¿Qué hace falta cambiar?

    A.L.W.: No basta que esté en la Constitución. El legislador deberá describir la conducta punible en la legislación penal, definir qué es terrorismo y cuáles prácticas son consideradas acciones terroristas. Caso contrario, jurídicamente, el terrorismo no existe.

    P.: Entonces, ¿cómo podemos considerar terroristas esas acciones?

    A.L.W.: Es una cuestión semántica. Tampoco podríamos usar el término «crimen organizado», dado que no existe jurídicamente. Pero las acciones del PCC pueden ser calificadas de terroristas dado que las características se ajustan a la clasificación internacional de terrorismo. El hecho es que debemos prepararnos adecuadamente para lidiar con este nuevo tipo penal que está en proceso de surgimiento en nuestra sociedad.

    P.: ¿Podemos decir que el PCC inaugura el terrorismo en Brasil?

    A.L.W.: Es muy temprano y es muy fuerte afirmar que el PCC inauguró en Brasil lo que los especialistas definen como « terrorismo doméstico». Sin embargo, las recientes embestidas -con coordinación, planeamiento, imprevisibilidad, grado de violencia y extrema crueldad- son un marco en las relaciones de poderviolencia y criminalidad en el país. Lo que no podemos permitir es que ese escenario evolucione.

    P.: ¿Eso se logra cambiando la legislación?

    A.L.W.: Es necesario crear una legislación penal que defina qué es terrorismo y cuáles las acciones consideradas como tales. Si esas mismas acciones fuesen realizadas en países como EE.UU., Inglaterra, España y Francia, serían consideradas «actos terroristas», y la pena sería de prisión perpetua.
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