Washington (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - Dos de los generales de mayor rango del Pentágono reconocieron ayer que es cada vez mayor la posibilidad de una guerra civil en Irak dada la enconada violencia sectaria en el país, algo que los políticos estadounidenses se niegan a admitir. El jefe del Mando Central, el general John Abizaid, afirmó que, de continuar la ola de violencia en Bagdad, «Irak podría encaminarse hacia una guerra civil». «Creo que la violencia sectaria ha alcanzado probablemente el peor momento que yo haya visto», indicó Abizaid ante el Comité de Servicios Armados del Senado, en el que también comparecieron el secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, y el general Peter Pace, jefe del Estado Mayor Conjunto.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
George W. Bush aprobó la semana pasada un incremento en el número de soldados estadounidenses en Bagdad, con el fin de ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes a contener las refriegas sectarias.
Pese a expresar su preocupación, Abizaid manifestó también su confianza en el gobierno iraquí y dijo creer que al final se evitará una guerra civil en el país. «¿Soy optimista sobre si las fuerzas iraquíes, con nuestra ayuda, con el apoyo del gobierno iraquí, pueden impedir una guerra civil?», se preguntó la máxima autoridad militar estadounidense en la región de Oriente Medio, a lo que respondió: «Mi respuesta es sí. Soy optimista».
El general Pace señaló también que existe la posibilidad de que Irak «evolucione hacia una guerra civil», aunque puntualizó que ese escenario no tiene por qué materializarse necesariamente, e insistió en que el resultado dependerá en última instancia más de las fuerzas de seguridad iraquíes que del ejército estadounidense.
También ayer se filtró un texto que advertía al primer ministro británico Tony Blair sobre esa posibilidad. «Una guerra civil de baja intensidad y una división de hecho es más probable en este momento que una transición lograda y sustancial hacia una democracia estable» en Irak, opinó el embajador de Gran Bretaña en Bagdad, William Patey.
«La situación no es desesperada», pero Irak seguirá « difícil y en desorden durante los próximos cinco a diez años», concluyó el embajador, que está a punto de dejar su cargo, en su telegrama dirigido a Blair, y al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Dejá tu comentario