Los falsificadores de arte en China sufren la crisis financiera
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De los casi cinco millones de pinturas reproducidas en Dafen cada año, casi 75 por ciento son falsificaciones (los locales prefieren usar el término réplica o reproducciones). El resto son obras originales, dice Fan Yuxin, subdirector de la oficina de administración del gobierno de la aldea de Dafen.
Lan Xin acepta pedidos de clientes. Hizo clic sobre un ícono de la pantalla de su computadora que se expandió para mostrar imágenes en miniatura de obras como los retratos de Warhol de Marilyn Monroe. Lan dijo que él encarga a artistas independientes pintar obras que les piden los clientes.
«No les cobramos mucho, así que no les podemos pagar demasiado a nuestros artistas», dijo Lan, encogiéndose de hombros.
«Nadie, ni siquiera yo, pensaba que Dafen se iba a volver tan famosa», dijo Huang, quien todavía encarga pinturas en la aldea para cumplir pedidos del extranjero. «Era todo tan sencillo y rural en aquella época», concluyó. El año pasado, Dafen vendió arte por 60 millones de dólares, casi el doble de la cantidad de 2005, según la oficina de administración de la aldea.
Con todo, la calidad no es siempre la misma. Los coleccionistas que buscan reproducciones de perfección de museo se dirigen a galerías como Sunrise Oil Paintings Co., de Shenzhen, donde Chen Qiuzhi y su esposa Zhu Hong cobran 10 veces más por las obras que los competidores.
«Es una forma de ayudar a los coleccionistas que quisieran tener un original pero no pueden, entonces tienen así un sustituto aceptable», dijo.
La próspera industria de las falsificaciones de Dafen generó quejas de artistas y de sus países, lo que motivó al gobierno a introducir reglas de propiedad intelectual que prohíben a las galerías vender copias de obras de artistas vivos y de artistas muertos hace menos de 50 años.
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