25 de septiembre 2008 - 00:00

Los falsificadores de arte en China sufren la crisis financiera

Los falsificadores de arte en China sufren la crisis financiera
Pekín (Bloomberg) - En una aldea del sur de China, Wu Ruiqiu está preocupado por el efecto de la recesión en el mercado del arte. Y debe estarlo. Wu representa a artistas que producen 60% de las pinturas al óleo del mundo.

Ruiqiu es presidente de la asociación de arte de Dafen, que agrupa a 8.000 artistas en un suburbio de Shenzhen, el mayor centro industrial de China. Mientras los empleados de la ciudad fabrican versiones baratas de reproductores de discos DVD, computadoras y camisetas, los trabajadores aquí producen Rembrandt, Monet y Warhol por millones.

«Esta no es la mejor época, Dafen tiene que cambiar para ser algo más que una base para las falsificaciones de bajo costo. Las exportaciones cayeron un tercio este año», dijo, el peor desplome desde que la epidemia del síndrome respiratorio agudo y grave de 2003 redujo el movimiento de personas y mercancías en el sur de China. La baja en las ventas, 85 por ciento de las cuales son exportaciones, forzó al cierre de las más pequeñas de las 800 galerías de Dafen. Otras redujeron los precios para poder competir.

Si usted quiere el verdadero cuadro de « Girasoles» de Van Gogh, dispóngase a pagar unos u$s 40 millones, el récord de subasta para una obra firmada del artista. En Dafen, puede obtener uno falso por u$s 37.

¿Y qué le parece una «Ultima Cena» de Da Vinci o «Los hombres sonrientes de Yue Minjun, o «Las familias grises de labios fruncidos» de Zhang Xiaogang? Agrupadas en una zona de las dimensiones de la plaza Tiananmen de Pekín, las tiendas muestran reproducciones de todos los estilos, pintores y épocas.

De los casi cinco millones de pinturas reproducidas en Dafen cada año, casi 75 por ciento son falsificaciones (los locales prefieren usar el término réplica o reproducciones). El resto son obras originales, dice Fan Yuxin, subdirector de la oficina de administración del gobierno de la aldea de Dafen.

Lan Xin acepta pedidos de clientes. Hizo clic sobre un ícono de la pantalla de su computadora que se expandió para mostrar imágenes en miniatura de obras como los retratos de Warhol de Marilyn Monroe. Lan dijo que él encarga a artistas independientes pintar obras que les piden los clientes.

«No les cobramos mucho, así que no les podemos pagar demasiado a nuestros artistas», dijo Lan, encogiéndose de hombros.

«Nadie, ni siquiera yo, pensaba que Dafen se iba a volver tan famosa», dijo Huang, quien todavía encarga pinturas en la aldea para cumplir pedidos del extranjero. «Era todo tan sencillo y rural en aquella época», concluyó. El año pasado, Dafen vendió arte por 60 millones de dólares, casi el doble de la cantidad de 2005, según la oficina de administración de la aldea.

Con todo, la calidad no es siempre la misma. Los coleccionistas que buscan reproducciones de perfección de museo se dirigen a galerías como Sunrise Oil Paintings Co., de Shenzhen, donde Chen Qiuzhi y su esposa Zhu Hong cobran 10 veces más por las obras que los competidores.

«Es una forma de ayudar a los coleccionistas que quisieran tener un original pero no pueden, entonces tienen así un sustituto aceptable», dijo.

La próspera industria de las falsificaciones de Dafen generó quejas de artistas y de sus países, lo que motivó al gobierno a introducir reglas de propiedad intelectual que prohíben a las galerías vender copias de obras de artistas vivos y de artistas muertos hace menos de 50 años.

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