27 de diciembre 2019 - 00:01

Piñera cambia, niega ahora violaciones a los DD.HH. y provoca indignación en Chile

Hasta ahora se había mostrado autocrítico ante las denuncias de la ONU, Amnistía y Human Rights Watch, y había prometido aplicar las reformas que sugerían. Duras reacciones, incluso en su alianza.

El presidente chileno, Sebastián Piñera.

El presidente chileno, Sebastián Piñera.

Santiago - Fuerte rechazo y polémica en las redes y los medios de comunicación desataron las declaraciones del presidente de Chile, Sebastián Piñera, sobre los videos de la dura represión desatada en el país contra manifestantes, que para el mandatario de derecha son trucados o filmados en el extranjero.

En una entrevista emitida por CNN en español a mediados de diciembre y que explotó en redes sociales en las últimas horas, el mandatario asegura que su Gobierno sufre “una campaña de desinformación que es muy difícil de contrarrestar”.

Chile vive su crisis más grave de los últimos 30 años con una veintena de muertos, miles de heridos y denuncias por violaciones a los DD.HH. por parte de organismos internacionales como el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH), Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Los dichos presidenciales llaman más la atención en la medida en que, ante las denuncias de cada una de esas oenegés, reconoció los abusos y prometió ponerles freno aceptando sus recomendaciones.

Las palabras de Piñera desataron acusaciones de “negacionista” en las redes y la respuesta de personalidades políticas del país, entre ellas del excandidato de centroizquierda Alejandro Guillier, quien escribió: “¡Basta, presidente Piñera! Lo único falso es su negativa a reconocer las gravísimas violaciones a los derechos humanos!”.

“Lo lamentable es que Carabineros las seguirá cometiendo mientras usted los siga avalando. Deje de buscar enemigos donde no los hay”, agregó Guillier, quien fue candidato de la opositora Nueva Mayoría (NM) en las últimas elecciones y perdió con 45,42% de los votos con Piñera, que sumó 54,58%.

En el reportaje, Piñera decía que existe una “gigantesca” campaña internacional de desinformación destinada a “crear una sensación de desorden y una crisis total” en el país, que transita un estallido social desde el 18 de octubre, la peor crisis desde el regreso a la democracia (1990) y aún sin final a la vista.

“La campaña de desinformación, de noticias falsas, de montajes para crear una sensación de un desorden y de una crisis total ha sido gigantesca. En eso han habido, sin duda, participación de gobiernos e instituciones extranjeras”, aseguró el presidente en la entrevista, que no había tenido gran repercusión hasta que circuló profusamente por redes en las últimas 24 horas.

El dirigente de la Mesa de Unidad Social (MSU), Luis Mesina, también reaccionó a los dichos y aseguró que con estas declaraciones Piñera “muestra incapacidad para discernir la realidad” pues “solo una persona que no está en su sano juicio, podría sostener algo así”.

La MSU reúne a más de 150 organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales y es considerada la interlocutora para el diálogo entre los manifestantes y el gobierno, en el marco de la crisis político-social que ya significó la renuncia e inhabilitación por 5 años -vía juicio político- del exministro del Interior y alfil presidencial, Andrés Chadwick.

Desde la propia coalición gobernante Chile Vamos, el senador de Renovación Nacional (RN), Manuel José Ossandón criticó al mandatario con la publicación de la palabra “Basta”, en Twitter.

Consultado poco después sobre este mensaje, Ossandón dijo que “estas declaraciones no ayudan, relativizan y dividen. Basta de eso”. “La culpa no es solo del presidente, sino de un grupo de asesores que día a día deben decirle que el desgaste sigue siendo la fórmula. Es hora de unir y empatizar con todo lo vivido”, agregó.

El presidente del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, en tanto, dijo que aunque efectivamente circulan videos “de otros momentos de nuestra historia nacional o extranjeros, los videos que hemos visto son en su inmensa mayoría, verdaderos”.

Esta semana el INDH denunció que el país vive “las más graves y múltiples” violaciones a los derechos humanos desde 1989, año en que se inició el retorno a la democracia y el fin de la dictadura e interpuso un total de 943 denuncias contra las fuerzas de seguridad, de las cuales 750 son por torturas y 134 por violencia sexual (desnudamientos, manoseos y cuatro violaciones).

El fiscal nacional, Jorge Abbott, también cuestionó los dichos del jefe de Estado. “Hasta el momento, las imágenes que nosotros hemos analizado, no tenemos esa situación (de difusión de imágenjes falsas). Lo que no descarto que pueda ocurrir en el futuro, pero de momento lo que llevamos analizado tanto nosotros y entiendo lo mismo que la Policía, en cuando nos han dado información, tampoco existiría esa situación”, aseguró.

Ante la andanada de críticas, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, salió en apoyo de Piñera y que “hay mucha información que no es veraz, que es falsa, que circula por redes y medios que no nos damos el tiempo de verificar”, y sugirió “la incidencia de cuentas de redes y actividades digitales que provienen del extranjero, en magnitudes y proporciones importantes”.

Según Piñera, un informe llamado Big Data sobre las protestas que el Ministerio del Interior le entregó a la Fiscalía conocido el pasado fin de semana, constata que “se ha utilizado las redes sociales para causar desorden y descontrol”.

Se trata -argumentó el mandatario- de causar “más desorden, más manifestaciones, más descontrol, más desobediencia civil”, para perjudicar al sistema político chileno, y apuntó a “grupos, en nuestro país, como de narcotraficantes y anarquistas, pero también hay una mano extranjera”.

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