Tamara, la mujer de los refugiados sirios en Argentina
-
La fuerza aérea de Brasil derribó un avión con drogas procedente de Venezuela
-
Trump firmó los decretos que imponen 25% de aranceles al acero y aluminio

Tamara Lalli.
"Si esto es una revolución, la desechamos del diccionario porque se supone debe designar algo bueno, un cambio en pos de mejorar la condición de los pueblos y de las sociedades", dice la mujer de los refugiados sirios en Argentina.
• Refugiados
Con el desafío político planteado, Tamara asume ahora otro desafío, mejor un compromiso, con aquellos compatriotas que se han visto forzados a abandonar Siria porque la denominada "guerra civil" ha dado sólo como resultado lo que Naciones Unidas hace poco más de una semana definió como "la tragedia más grande del siglo XXI".
En los últimos dos años, arribaron más de 300 familias sirias a un país donde la comunidad sirio-libanesa representa aproximadamente el 10 por ciento de una población de 40 millones. Luego de trámites algo "engorrosos" y "burocráticos" -cuenta Tamara-, para conseguir la visa, los llamados refugiados acceden a una ciudadanía temporaria lo que les garantiza la posibilidad de conseguir trabajo y, en definitiva, comenzar una nueva vida a más de 12.000 km lejos de casa.
"Se ha instituido un departamento para muchos inmigrantes que vienen de situaciones humanitarias que es la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE). Es un gesto del gobierno que ha tenido la voluntad de entregarles la residencia temporaria con el pasaporte nada más. Y con eso empiezan a trabajar. Empiezan a tener una vida como cualquier ciudadano. Cosa que no pasa con otros lugares del mundo", destaca Tamara para agregar que tanto Europa como el resto de los países árabes cierran sus fronteras a los refugiados sirios.
• Integración
La Asociación Cultural Siria queda en el barrio de Caballito y junto con otras organizaciones civiles sirio-libanesas ha cumplido un rol fundamental a la hora de integrar a los recién llegados.
"Yo soy socia de la Asociación Cultural Siria en Caballito. De entrada, la institución abrió las puertas para albergar a los que recién llegaban, conseguirles trabajo, acompañarlos para realizar los trámites de residencia, vivienda, salirles de garantes. También pusimos profesores para que aprendan español de forma gratuita. Y después lo más lindo para ellos y para nosotros es reunirnos dos veces por semana para cocinar entre todos y ayudarlos a que se sientan parte de la institución, que vengan con toda su familia para que empiece a haber comunicación y se conozcan con el nativo de aquí, con el descendiente de sirio libanés".
Tamara conserva parte de su familia en una de las ciudades y capitales más antiguas del mundo. Desde Damasco la comunicación con Buenos Aires es constante. Cada vez que el peligro de las armas del "terrorismo" -"porque es Al Qaeda y hasta los Estados Unidos definieron a Al Qaeda como una organización terrorista salvo ahora que intentan invadir Siria", se explaya-, acecha a los suyos, esta mujer de 52 años y convicciones firmes, desliza la posibilidad de que "se vengan para acá". Pero así como muchos deciden tomar el difícil camino de la inmigración otros dicen que Siria "no es un hotel".
"A muchos les dije que se vinieran para acá y la gran mayoría, el 99 por ciento, me rechazaron la idea. Yo los entiendo porque haría lo mismo; no me iría. Uno de mis amigos me dijo una vez: ´Siria no es un hotel que cuando está linda te quedás y ya cuando no te sirve te vas´. Siria es mi casa".
Dejá tu comentario