Londres- El presidente estadounidense Donald Trump inició ayer, con un ceremonioso recibimiento por parte de la reina Isabel II, una controvertida visita de Estado de tres días a Reino Unido marcada por sus insultos al alcalde de Londres y sus comentarios sobre el “brexit”.
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Trump y su esposa Melania fueron recibidos en el Palacio de Buckingham con toda la pompa que corresponde a una visita de Estado por la reina, de 93 años, quien por la noche ofreció un banquete oficial en su honor.
“La reina y toda la familia real estuvieron fantásticos”, tuiteó Trump, afirmando no haber visto la manifestación de protesta en su contra e insistiendo en que la relación entre los dos países era “muy sólida”.
Junto al príncipe Carlos y su esposa Camila, escucharon a la banda real tocar los himnos estadounidense y británico y Trump pasó la ceremonial revista a la guardia de honor. Otros miembros del clan Trump, incluida su hija Ivanka, observaron desde el balcón del palacio acompañados por el príncipe Felipe, esposo de la reina.
Tras un almuerzo privado, la pareja presidencial admiró la colección de arte real antes de visitar la Abadía de Westminster, donde hicieron una ofrenda floral a la tumba del soldado desconocido bajo los cánticos de un coro infantil.
La tarde terminó con un protocolario té en la residencia del príncipe Carlos, un firme defensor de la ecología y la lucha contra el cambio climático conocido por no morderse la lengua.
La visita había comenzado por la mañana con controversia: ya antes de aterrizar, Trump mandó un incendiario tuit contra el laborista Sadiq Khan, primer alcalde musulmán de Londres, que el domingo comparó el lenguaje del presidente estadounidense con el de “los fascistas del siglo XX” y criticó que el Reino Unido le “desplegase la alfombra roja”. “Es un fracasado total que debería centrarse en el crimen en Londres, no en mí”, afirmó Trump.
No es el único frente que abrió Trump previo a su llegada al Reino Unido, cuya primera ministra Theresa May debe dejar oficialmente el cargo el viernes, derrotada por su incapacidad para llevar a cabo el “brexit”.
Trump recomendó a su sucesor que abandone la Unión Europea bruscamente sin un acuerdo y designó al exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, como su favorito para dirigir el país. El presidente estadounidense alabó también al extremista Nigel Farage e incluso afirmó que “podría reunirse” con ambos políticos, con quien dijo tener “muy buenas relaciones”.
Es una “injerencia inaceptable en nuestra democracia”, fustigó el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, quien junto a otros opositores boicoteó el banquete oficial, al igual que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow.
Agencias AFP y Reuters
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