16 de julio 2025 - 15:50

"Banca invisible": cómo se transforman las finanzas digitales mediante el uso de la inteligencia artificial

Así como internet permitió dejar atrás la banca presencial, ahora la IA impulsa una fase superadora de la banca online. Las claves para entender cómo funciona.

La banca invisible supera a la banca móvil porque se anticipa a las demandas de los usuarios y ofrece respuestas automáticas. 

La "banca invisible" supera a la banca móvil porque se anticipa a las demandas de los usuarios y ofrece respuestas automáticas. 

En ese caso, la herramienta clave fue el uso de Internet. Sumada a otras tecnologías derivadas, permitió ampliar el acceso virtual a la operatoria financiera cotidiana y decir adiós a la banca tradicional de sucursales físicas, papeles, colas y salas de espera.

Ahora está emergiendo una nueva generación de servicios financieros que todavía no se traduce en cambios palpables para el usuario final, pero que se viene cocinando a fuego lento entre las compañías especializadas del software para el sector financiero y sus usuarios B2B.

Se trata del concepto de “banca invisible”, que toma impulso más acelerado a partir de la adopción de la inteligencia artificial, el análisis de datos y la Internet de las Cosas (IoT).

Esta etapa superadora de la era de servicios financieros online, tiene características bien definidas: opera en segundo plano, se anticipa a las demandas de los usuarios y elimina fricciones en la interacción de los sistemas y soluciones.

Una gran diferencia entre la banca digital y la tradicional es que ya no se necesitan llenar formularios o visitar sucursales para hacer un trámite bancario, pues todo se puede hacer desde la pantalla de la computadora o el celular.

Ahora, la “banca invisible” va un paso más allá: no requiere de pantallas, ingresar en sitios web específicos o descargar aplicaciones de las entidades financieras para poder operar.

La banca invisible se anticipa a las demandas de los clientes

"Estamos viviendo un cambio de paradigma. Antes, resolver un trámite bancario implicaba formularios, filas o llamadas; hoy, todo ocurre de forma fluida, casi imperceptible, como un GPS que sugiere el mejor camino antes de que notes el tráfico. Esa es la esencia de la banca invisible: un sistema inteligente que anticipa demandas y actúa sin fricción, eliminando la burocracia sin perder el cuidado", afirma el argentino Julián Colombo, CEO de N5, empresa global especializada en software para el sector financiero.

"El verdadero valor de la automatización no está solo en su eficiencia, sino en la inteligencia con la que se integra en la vida de las personas. La banca invisible no lo es porque se oculta, sino porque se adapta, como una luz automática que se enciende cuando entras en una habitación. Está presente justo cuando se la necesita, sin interrumpir el flujo natural del día. Es tecnología con propósito: silenciosa, precisa y centrada en el ser humano", añadió Colombo.

La integración de tecnologías para automatizar operaciones bancarias es lo que permite desarrollar las llamadas “finanzas embebidas”, que abre un abanico infinito de posibilidades en la oferta de servicios.

Un estudio realizado por la consultora Juniper Research, estimó que los ingresos globales derivados de las finanzas embebidas pasarán de los u$s92.000 millones registrados a finales de 2024 hasta los u$s228.000 millones en 2028.

Este es un mercado que crece a medida que el consumidor digital exige más inmediatez, simplicidad y personalización. Quiere tener disponibles las soluciones financieras que necesita en un momento preciso, sin pasos adicionales ni interrupciones.

Angelo Cirillo, Chief Operations Officer (COO) de la firma colombiana iuvity, explicó: “En un futuro cercano, los usuarios no descargarán la aplicación de un banco para solicitar un crédito de consumo; lo harán directamente desde la tienda en línea donde realizan su compra. Tampoco acudirán a una sucursal para gestionar un préstamo inmobiliario, sino que iniciarán el trámite en la misma plataforma donde encuentran su futura vivienda. La banca invisible se basa precisamente en eso: en integrarse de forma natural en los contextos donde los usuarios ya interactúan, resolviendo necesidades reales sin fricciones”.

Y completó: “Imaginemos un caso concreto. Un usuario que explora ofertas inmobiliarias desde su red social o un portal especializado, hace click en una propiedad, responde algunas preguntas en lenguaje natural para los clientes, y en esa misma experiencia recibe una oferta de crédito hipotecario ajustada a su perfil, con validación instantánea de su historial crediticio. Sin visitar una sucursal, sin papeles, sin procesos complejos. La tecnología permite que todo eso suceda en segundo plano, mientras el usuario se enfoca en lo que realmente le importa: su nueva casa”.

Las cuatro claves para entender cómo funciona la banca invisible

La empresa DECTA, una firma global de procesamiento de pagos experta en fintech con oficinas en Letonia, Chipre, Reino Unido e Irlanda, elaboró una lista de los cuatro componentes clave de la banca invisible:

1. Finanzas integradas: los servicios financieros se integran en plataformas no financieras, lo que permite a los usuarios realizar compras o acceder a herramientas financieras sin cambiar de contexto ni interrumpir su actividad principal.

2. Transacciones sin fricciones: los pagos se realizan sin esfuerzo en segundo plano, lo que elimina la necesidad de entradas manuales como iniciar sesión en aplicaciones o ingresar detalles de la tarjeta.

3. Conciencia contextual: la banca invisible aprovecha el comportamiento del usuario y los datos de actividad para brindar servicios personalizados en el momento exacto de necesidad, sin requerir una participación proactiva.

4. Acceso ubicuo: al utilizar dispositivos como teléfonos inteligentes y dispositivos habilitados para IoT, la banca invisible garantiza que los servicios financieros estén disponibles en todas partes, respaldando sin problemas las rutinas de los usuarios.

Aunque por momentos para el usuario común puede parecer difuso el límite entre la banca virtual y la banca invisible, hay elementos que marcan diferencias claras.

En la banca online las personas inician sesión en sitios web y aplicaciones para acceder e interactuar, aunque a veces de forma pasiva, para administrar su dinero. La banca invisible no requiere contactar directamente con los servicios bancarios. Es una existencia/transacción interna que ofrece a las personas lo que quieren o necesitan en ese preciso momento, sin necesidad de usar un producto para llegar a esa conclusión.

Mientras que la banca online consiste en la realización de transacciones personales trasladadas a un mundo virtual, la banca invisible existe casi de manera situacional y se basa en inteligencia artificial y aprendizaje automático que rastrea y recuerda el comportamiento del usuario en las diferentes plataformas, brindando sugerencias y eficiencias en tiempo real según lo que la gente quiere o necesita.

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