26 de agosto 2020 - 00:00

El eterno problema del dólar en la Argentina

Dos semanas después del acuerdo de reestructuración de la deuda, el mercado está operando como si ese logro no se hubiera producido. Esta realidad nos lleva a preguntarnos: ¿qué factores hay detrás de ese comportamiento?.

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Gentileza: Stephane Hessel

Argentina encaminó en las últimas semanas una reestructuración de la deuda en dólares que resultaba esencial de cara al ordenamiento y crecimiento económico. Siempre se definió ese paso como una condición necesaria para poder empezar a pensar en crecimiento.

El problema es que dos semanas después del acuerdo, el mercado está operando como si ese logro no se hubiera producido. Esta realidad nos lleva a preguntarnos: ¿qué factores hay detrás de ese comportamiento?

El primer punto para considerar es que, dados los graduales avances que se fueron dando y los incentivos de ambas partes, se descontaba que se iba a llegar a un acuerdo. Eso quiere decir que los precios de los activos ya estaban calculados considerando que las negociaciones se cerraban de manera exitosa.

Independientemente de ello, entendemos que los inversores se siguen planteando algunos interrogantes sobre la manera en que se pueden ir acomodando los principales desequilibrios que enfrenta la economía local en pleno contexto de crisis sanitaria. Los esfuerzos por atenuar el impacto del Covid-19 han derivado en una política fiscal expansiva que se financia vía emisión monetaria. Esa estrategia tiene implícito un elevado riesgo de aceleración inflacionaria y presiones cambiarias.

La consecuencia de ello es que el BCRA se ha visto obligado en las últimas semanas a intervenir en el mercado cambiario para sostener un ritmo estable de depreciación del tipo de cambio. En lo que va de agosto debió vender USD 750 millones, que se han ido canalizando hacia pago de importaciones, cancelación de deudas en dólares y atesoramiento minorista. Esta dinámica del mercado cambiario lleva al BCRA a enfrentarse con una encrucijada. Si restringe la venta de dólares a importadores o empresas con deuda en moneda extranjera afecta al normal funcionamiento de la economía real. Si en cambio restringe la venta de dólares para atesoramiento puede generar un aumento de la brecha entre el dólar oficial y el dólar libre.

Ante estas alternativas, la duda que surge es si es sostenible el actual esquema cambiario o el mismo está agotado y se necesita una redefinición. Lo cierto es que por nivel de tipo de cambio real o por excedente comercial, la economía no necesita más dólar que el actual. Pero el desequilibrio fiscal y el sobrante de pesos son los que generan la incertidumbre y están llevando al mercado a tomar decisiones de cobertura contra una aceleración inflacionaria (instrumentos CER) o una depreciación del tipo de cambio oficial (“dollar linked”).

El gobierno busca evitar un ajuste cambiario, pero el único camino que tiene para lograrlo es tratar de aclarar el horizonte fiscal y monetario, para disipar así el principal factor de incertidumbre que hay detrás de las expectativas de depreciación. La primera oportunidad que tiene para hacerlo es la presentación del proyecto de Ley de Presupuesto 2021, donde necesitaría mostrar un objetivo de déficit fiscal y un acceso al mercado de crédito en pesos que baje considerablemente la necesidad de asistencia del BCRA.

(*) Economista jefe de Quinquela Fondos

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