Al Pacino, ícono de Hollywood, soñó con millones mientras brillaba en la pantalla grande. A los 70, un golpe financiero lo dejó sin nada. Su historia, un torbellino de fama y caída, intriga por cómo una leyenda enfrentó la ruina con coraje y se reinventó contra todo pronóstico.
Desde los escenarios del Bronx hasta los reflectores globales, forjó una carrera legendaria. Su desplome económico, inesperado y brutal, lo obligó a replantear su vida. Esta saga de talento y lucha invita a descubrir cómo un gigante del cine resurgió de las cenizas con pura determinación y sin dejar que su orgullo de interponga en su camino.
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Al Pacino, pese a sus papeles icónicos que conquistaron millones de corazones, sufrió varios problemas con el dinero.
Una carrera exitosa, pero sin dinero: los problemas económicos de Al Pacino
Al Pacino, nacido en 1940 en Nueva York, conquistó Hollywood con roles icónicos en El Padrino, Scarface y Esencia de mujer, ganando un Oscar en 1992. Sus películas recaudaron 1.7 mil millones de dólares, pero él vio poco de eso. Por El Padrino, cobró solo 35 mil dólares.
En 2011, a los 70 años, descubrió que su fortuna de 50 millones se esfumó. Un contador corrupto, condenado a siete años por un esquema Ponzi, lo estafó. Gastos desmedidos, como 400 mil dólares anuales en una casa no habitada, agravaron su crisis.
Pacino admite que ignoró sus finanzas, confiando ciegamente en su contador. “Cuanto más ganas, menos tienes”, reflexiona en Sonny Boy, sus memorias. Vivía por encima de sus medios, y tras abogados, agentes e impuestos, 10 millones por película se reducían a 4.5 millones de dólares.
Los trabajos que tuvo que hacer para recuperar su dinero
Tras la ruina, Pacino, ya sin los grandes sueldos de antaño, aceptó papeles que antes habría rechazado. En 2011, protagonizó Jack y su gemela con Adam Sandler, una comedia muy criticada. “Lo hice porque no tenía nada más”, confiesa. El pago lo ayudó a estabilizarse.
Para generar ingresos, vendió una de sus dos casas y rompió su regla de no hacer anuncios. Filmó un comercial de café con Barry Levinson y comenzó a cobrar por seminarios en universidades. Estos eventos, antes gratuitos, capitalizaron su fama para atraer público.
Pacino también volvió al teatro, actuando en obras como Glengarry Glen Ross en Broadway en 2012. Estas presentaciones, agotadas por su prestigio, le dieron ingresos estables. A los 84 años, superó la crisis, demostrando que su talento y resiliencia vencieron la adversidad financiera.
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