Un escándalo financiero sacudió a la industria del entretenimiento cuando se reveló que un director de cine estafó a Netflix con una producción que nunca llegó a concretarse. Carl Erik Rinsch, conocido por su película 47 Ronin, recibió millones de dólares para desarrollar una serie de ciencia ficción llamada Conquest, pero el dinero terminó en gastos personales y no en la producción prometida. El caso expuso las vulnerabilidades en los controles financieros de las plataformas de streaming durante el auge del contenido original.
La estafa millonaria a Netflix por una serie que nunca se hizo: quién es Carl Rinsch, el hombre que ahora está en bancarrota
El director pidió un presupuesto a la plataforma de streaming pero se lo gastó en lujos personales.
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Carl Rinsch, el director que estafó a Netflix.
El proyecto Conquest comenzó en 2019 con un presupuesto inicial de 61 millones de dólares, pero Rinsch solicitó y obtuvo 11 millones adicionales de Netflix sin haber rodado una sola escena. En lugar de destinar los fondos a la preproducción, el director los utilizó en compras extravagantes, como cinco Rolls Royce, ropa de diseñador y colchones de lujo por 650.000 dólares. Su conducta errática, que incluyó afirmaciones sobre predecir rayos y descubrir el origen del COVID-19, alertó a los ejecutivos de la plataforma, pero para entonces ya era tarde.
Quién es Carl Rinsch
Carl Rinsch saltó a la fama como director de 47 Ronin en 2013, un film de gran presupuesto que fracasó en taquilla y recibió críticas negativas. A pesar de este revés, logró captar la atención de Netflix con su proyecto Conquest, una serie de ciencia ficción que prometía ser un éxito de audiencia. Su carisma y capacidad para vender ideas convincentes le permitieron obtener financiamiento millonario, pero su historial de problemas en el manejo de presupuestos ya era conocido en la industria.
Rinsch desarrolló inicialmente White Horse, el nombre original de la serie, junto a su entonces esposa, la modelo uruguaya Gabriela Rosés. El proyecto atrajo el interés de varias plataformas, incluyendo Amazon y HBO, pero finalmente Netflix se quedó con los derechos tras una puja millonaria. Sin embargo, el director nunca logró materializar la producción, y su comportamiento durante el proceso de preproducción generó alarmas entre los inversores y el equipo técnico.
La estafa a Netflix
Netflix invirtió un total de 72 millones de dólares en Conquest, pero Rinsch desvió gran parte de esos fondos a gastos personales y malas inversiones. Según el FBI, el director utilizó el dinero para comprar criptomonedas, vehículos de lujo y bienes suntuarios, en lugar de destinarlos a la producción de la serie. Cuando la plataforma canceló el proyecto en 2021, Rinsch demandó a Netflix por incumplimiento de contrato, exigiendo 14 millones de dólares en compensación.
Las autoridades descubrieron que Rinsch transfirió 10,5 millones de dólares de la cuenta de producción a su cuenta personal, dejando solo 500.000 dólares para el proyecto. Aunque inicialmente intentó justificar sus compras como parte de la producción, luego cambió su versión y afirmó que el dinero le pertenecía. El FBI lo acusó de fraude electrónico, lavado de dinero y otras actividades ilegales, con una posible pena de hasta 50 años de prisión.
Qué pasó con Carl Rinsch
Rinsch se declaró en bancarrota y actualmente enfrenta un juicio en Nueva York. El juez ordenó su traslado desde Los Ángeles para asistir a las audiencias, ya que el director alegó no tener recursos para viajar. Sus abogados argumentaron que su cliente actuó bajo un estado de psicosis, atribuyendo su comportamiento a adicciones, estrés y problemas psiquiátricos agravados por la pandemia.
Mientras tanto, Netflix logró una indemnización de 12 millones de dólares, aunque Rinsch aún no pagó. El caso dejó al descubierto las fallas en los controles financieros de las plataformas durante la fiebre por contenido original, y ahora el director enfrenta consecuencias legales que podrían mantenerlo en prisión por décadas.
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