30 de octubre 2020 - 00:00

Nuevas e innovadoras tendencias para banca

Los bancos tienen la oportunidad de hacer valer su experimentada confiabilidad, siempre y cuando logren entrar de lleno en la Cuarta Revolución Industrial: la de la nube híbrida, inteligencia artificial, el Big Data, y la transformación digital.

Los bancos tienen la oportunidad de hacer valer su experimentada confiabilidad, siempre y cuando logren entrar de lleno en la Cuarta Revolución Industrial.

Los bancos tienen la oportunidad de hacer valer su experimentada confiabilidad, siempre y cuando logren entrar de lleno en la Cuarta Revolución Industrial.

La disrupción digital está presente en diferentes ámbitos empresariales y ha ganado muchísima fuerza en los últimos meses, debido al contexto que todos conocemos. Esto no está exento de distintos tipos de desafíos para las empresas que las implementan. No me refiero únicamente a todo tipo de imprevistos y obstáculos técnicos, sino también a la aceptación y la implementación de su uso.

Tomemos como ejemplo un espacio como el financiero y una tecnología, o una tendencia tecnológica, como es el ámbito de las criptomonedas. No es sencillo explicarle a un cliente acostumbrado a las experiencias físicas en el área financiera por qué debe apostar por esta tecnología, que le permite realizar inversión en activos sin una intervención bancaria.

A su vez, resulta difícil poder bajar a un lenguaje sencillo todo el vocabulario informático necesario para comprender a las Decentralized Finance (DeFi). Todo esto genera una lógica desconfianza del lado del cliente cuando se involucra a la tecnología en aspectos financieros. La verdad es que, cuando menos entendemos, más inseguros nos sentimos.

Incluso algo parecido ocurre con la gamificación de las Fintech. Al respecto, en los últimos 7 años, empresas sin oficinas al público, pero con gran despliegue en estrategias de tecnología digital, vienen conquistando a nuevos clientes sin conocimiento experto en inversión bursátil, mercado de valores, o trading.

Pero resulta que, en muchos casos, los resultados que los usuarios obtienen chocan de lleno contra sus expectativas. No sólo hay quienes pierden mucho dinero, sino que, además, aparecen dudas respecto de la seguridad informática y la confidencialidad de la información personal. Aunque las interfaces se simplifiquen, al hablar de dinero, todos queremos tener bien claro lo que hacemos.

En este contexto, es razonable pensar que, hoy día, los bancos tienen la oportunidad de hacer valer su experimentada confiabilidad, siempre y cuando logren entrar de lleno en la Cuarta Revolución Industrial: la de la nube híbrida, inteligencia artificial, el Big Data, y la transformación digital.

Porque si bien no hay lugar a dudas respecto de la solidez de entidades que ofrecen transaccionar con monedas de curso legal, y cuya regulación se somete a instituciones oficiales de la talla de un Banco Central, es igualmente cierto que nadie quiere retroceder en el confort que brindan las aplicaciones móviles, la interoperabilidad de sistemas informáticos y la ubicuidad de los datos.

Por estas razones, por ejemplo, el Banco Galicia recibió la mención honorífica en los premios Red Hat Innovation Awards del año pasado. Sencillamente, los responsables del área tecnológica de Galicia comprendieron que había que ofrecerle al cliente una verdadera experiencia virtual y fueron por ella: “Creamos la capacidad de vender productos de manera completamente digital” sostuvo, en esa oportunidad, Sebastián Carvallo, Gerente de Arquitectura Empresarial del banco.

Hacia adentro de la empresa, una de las cosas que logró Banco Galicia al sellar su relación con Red Hat fue brindar una plataforma de integración de aplicaciones, herramienta que permitió que ahora resulte mucho más simple ofrecerle a cada uno nuevos productos, siempre en el plano digital.

Algo similar ocurrió este año con el Banco Hipotecario, que necesitaba renovar su estructura informática para, por ejemplo, brindar la posibilidad de abrir una cuenta en forma totalmente remota, validando la identidad de los nuevos clientes mediante reconocimiento facial. De hecho, particularmente el Banco Hipotecario venía trabajando en sistemas de identificación biométrica desde 2015, por lo que su impronta innovadora en materia de experiencia de usuario necesitaba verse reflejada en su infraestructura informática y capacidad de cómputo.

La base de la estrategia de transformación digital contaba con migrar sus servicios a la nube híbrida, basados en el uso de la plataforma OpenShift de Red Hat. Esta tecnología permitió incorporar en un mismo lugar diferentes soluciones que ayudaran a la implementación del proyecto.

Julieta Albala, CIO del banco, lo explica claramente: “Elegimos a Red Hat por los beneficios que nos otorgaba trabajar con código abierto y con la plataforma OpenShift, en términos de escalabilidad, flexibilidad, facilidad de adopción y costos, por el expertise de la empresa en este tipo de tecnología y por el sistema de acompañamiento y codesarrollo, típico de su equipo de consultoría”.

Es que la infraestructura de nube híbrida tiene unas características específicas, que la hacen especialmente adecuada para transformaciones digitales a gran velocidad, porque todo lo que ofrece es a medida del consumo del cliente, flexible y sin desperdicios. En general, cuando los bancos invierten en transformación digital apuestan por almacenar la información sensible en nubes propias, mientras que contratan servicios de nubes públicas para ejecutar software que soporte cargas de trabajo intensas, o cuya demanda fluctúa, por lo que no tiene sentido poseer hardware de almacenamiento que luego no siempre se usa en toda su capacidad -lo que en el mundo TI se conoce como “on premise”.

Al mismo tiempo, para sacar el máximo provecho de ambas nubes, es necesario que la infraestructura sobre la que se montan los sistemas informáticos de los bancos permita cambiar de espacio virtual de almacenamiento cada vez que sube o baja la demanda de cómputo. Eso es lo que la plataforma Openshift, de Red Hat, es capaz de ejecutar con facilidad, y es lo que están explotando al máximo no sólo el banco Galicia y el Hipotecario, sino también Santander, que este año mostró su caso de éxito en el Red Hat Forum de América Latina.

De hecho, conversando hace unos días con Santiago Sinelnicof, Arquitecto Principal de Soluciones Red Hat para Sudamérica y Caribe, le pregunté por un cambio notorio en la aplicación móvil del Santander, del que soy cliente. ¿El trabajo con Red Hat permitió que ahora la app, por ejemplo, me permite notificar de cualquier operación a un tercero, desde mi perfil bancario, usando cualquier sistema de mensajería?

“Claro -respondió Sinelnicof- esa clase de actualizaciones, en las que vas sumando interoperabilidad sin perder seguridad, es una de las ventajas de programar en código abierto como lo hacemos en Red Hat. La mejora en un sistema informático puede ser aprovechada por todos los miembros de la comunidad de desarrolladores. Ellos, a su vez, introducen modificaciones permanentemente en el software, y los sistemas nunca dejan de funcionar”.

Da la impresión de que ahí está la punta del ovillo. La alianza estratégica entre los bancos y una empresa de tecnología de código abierto disruptiva como Red Hat provee la solución al problema de la transformación digital de organizaciones con cultura y tradición de muchos años, pero cuya permanencia y solidez no son valores poco destacables, en estos tiempos de éxito efímero.

Desde esa perspectiva, inmersos en la incertidumbre reinante, sería un acierto que los bancos no dejen de ser bancos allí donde los clientes y las empresas esperan lo mejor de ellos: confiabilidad. Y que la incorporación de tecnologías como la nube híbrida y el código abierto sean maneras de aportar valor sin perder la esencia. Quizá de esa forma se puedan maridar finanzas y tecnología, con seguridad; de seguro, en ese contexto los clientes se irán animando a volverse totalmente digitales.

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